jueves, 10 de marzo de 2016

REDES SOCIALES, CAMBIO DE PARADIGMA PARA LÍDERES Y DIRECTIVOS



El año 2016 nos está mostrando con toda crudeza el valor de la información en redes sociales con una compañía que precisamente tiene su negocio en la red. La entrada en pérdidas y la rebaja de previsiones desató una oleada de advertencias de las firmas de inversión provocando una desbandada de Linkedin. Los resultados publicados por la red social de empleo depararon unos inesperados números rojos en sus cuentas del cuarto trimestre. En este periodo perdió 8,4 millones de dólares, frente al beneficio de 3 millones logrado en el cuarto trimestre del año anterior. El mayor desajuste se produjo por el incremento de los costes. Los analistas destacaron que la inversión en el desarrollo de nuevos productos se ha disparado desde los 150 hasta los 217 millones de dólares. Este notable incremento tiene lugar cuando LinkedIn asimilaba todavía la adquisición de Lynda.com, acordada el año pasado por un importe de 1.500 millones de dólares. Las firmas de inversión alertan de esta escalada en los costes en un contexto en el que los ingresos no acaban de superar las expectativas. Las ventas en el cuarto trimestre alcanzaron los 861,9 millones de dólares, un 34% más y en línea con lo esperado. El aumento en las inversiones tampoco evitó una drástica rebaja en las previsiones de negocio para el año que acaba de comenzar. Linkedin recortó sus objetivos de beneficio para 2016 hasta los 3,05-3,20 dólares por acción, muy por debajo de los 3,67 dólares que esperaban los analistas, y pronostica ahora unas ventas de entre 3.600 y 3.650 millones de dólares para 2016, sensiblemente inferior a los 3.910 millones que descontaba el mercado. La reacción de las firmas de inversión no se hizo esperar, y se traduce en una oleada de rebajas de perspectivas sobre la evolución de las acciones de Linkedin. Entidades como Credit Suisse, SunTrust, BMO, Wedbush, FBR, Raymond James, Cowen & Co, Mizuho, JPMorgan, Jefferies y Goldman Sachs han recortado sus valoración sobre la red social. Esto se ha traducido en un desplome de sus acciones en Wall Street llegando a mínimos de hace tres años. Hasta esta rebaja de previsiones, varias de las firmas trasladaban su optimismo sobre Linkedin en precios objetivos para sus acciones por encima incluso de la barrera de los 300 dólares. 

Al cierre de comienzos de febrero este año sus títulos rozaban el umbral de los 200 dólares. Pero los inversores huyeron de la red social al conocer los resultados financieros produciéndose un desplome de su cotización del 43,6%. Linkedin podría estar en graves apuros a tenor de la pérdida de un 40% del valor de sus acciones en una sola jornada bursátil. La acción ha reducido su valor a unos 108,38 dólares cuando el día anterior cotizaba a 192 dólares, lo que significa una pérdida de valor de unos 9.000 millones de dólares en un sola jornada. Linkedin supero los 400 millones de usuarios, pero esto no ha sido óbice para que anunciase el cierre de su red publicitaria creada para ofrecer anuncios a aquellos usuarios que no tenían cuenta en su plataforma, siguiendo el ejemplo de otras como Google y Facebook. Según Linkedin, el cierre se habría producido a causa del alto coste que supone el mantenimiento de esta red. Los inversores no parecen estar contentos con la marcha de la empresa y empiezan a sucederse las especulaciones sobre la viabilidad de Linkedin y la posibilidad de que en las altas esferas de la compañía se replanteen los próximos movimientos de la compañía. De cualquier manera, parece claro que Linkedin atraviesa un momento delicado por los malos resultados obtenidos, y que ha perdido la confianza de los inversores. Y aunque su valor bursátil sigue estando por encima de un 30% del que tenía cuando debutó en la Bolsa, la situación se antoja complicada para este año 2016 que será decisivo para esta red social profesional.




Para las compañías esta nueva revolución digital que se ha abierto, significará un cambio radical con respecto a su forma de gestionar la información y los modos de gestión de sus líderes y directivos. Por un lado este nuevo escenario beneficia a la persona que está afectada por la actividad de una compañía, ya que nos acerca a la inmediatez de la noticia, produciéndose un impacto inmediato sobre las compañías en tiempo real, ya que el insumo información deja de ser temporal. Esto hace que la guía que debe aplicar un lider o directivo para liderar la misma sea la transparencia, ya que la repercusión de una mala praxis directiva impactara directamente sobre los diferentes stakeholders que componen la compañía, pudiendo producir un daño enorme sobre los intereses de la misma. Los líderes y directivos deberán abandonar las malas prácticas como pueden ser; no informar, esconder la información, facilitar la información a medias, etc., esto obligará a cambiar el chip con respecto a las críticas por parte de algunos directivos, tendrán que mirar las mismas como oportunidades y no como ofrentas u ofensas. Una correcta gestión de la crítica online puede resultar incluso beneficiosa para la imagen de una compañía, por el contrario, si se intenta ocultar un error, es muy probable que lo único que se logre sea agravar la situación. Pero esto a algunos directivos y líderes de compañías les va a costar un gran sacrificio debido a que esta forma de gestión no está en sus genes, tienen anclado su chip en tiempos pretéritos donde la compañía no cometía errores y si había alguno, el cliente debería asumir el mismo como forma y parte del servicio o producto que adquirían.

Gestionar una compañía con una red como (internet) que te observa y vigila, en la cual, personas con diferentes inquietudes te pueden acechar, observar, contrastar la información que emites a los organismos reguladores como (CNMC o CNMV), requiere de algo más que abrir nuevos perfiles en las redes sociales de moda y compartir publicaciones eventualmente. Las plataformas online se presentan como espacios para el intercambio y la interacción con stakeholders, clientes, seguidores de la marca, detractores, prosumidores, etc. Los usuarios se animan a decir sin rodeos lo que piensan, y sus opiniones muchas veces pueden poner en apuros a las empresas, llegando en el peor de los casos a impactar en su cuenta de resultados y valor bursátil cuando se desatan los rumores negativos en dichas redes sociales. El mayor temor que invade a las compañías es, ¿cómo lidiar con los comentarios negativos? El nuevo escenario que plantean las plataformas de sociabilidad online pone a las corporaciones frente a un escenario inédito: deben hacer frente, públicamente, a las críticas de sus stakeholders descontentos con sus productos, servicios, gestión, etc., y con la forma en que desarrollan sus estrategias de comunicación. Un reciente estudio de la firma norteamericana Harris Interactive demuestra que una crítica negativa puede ser revertida e, incluso, traducirse en un incremento de las ventas. La investigación, llevada a cabo en los Estados Unidos, reveló que un 68% de los usuarios que publicaron un comentario negativo en las redes sociales relativo a la compra de un producto durante las últimas vacaciones fueron contactados por la empresa vendedora. Sorprendentemente, después de ese contacto un 34% de los usuarios borró sus comentarios negativos. Un 33% modificó su posición y publicó un comentario positivo y, lo más importante, un 18% volvió a comprar productos de la marca a la que inicialmente había criticado.
Si en un primer momento, la primera reacción que puede tener un líder o directivo cuando ve un mal comentario en internet de su compañía es, ¿cómo hago para ocultarlo?, esta reacción es equivocada y debe de dar paso a la siguiente, ¿qué busca el stakeholder al dejar un comentario negativo? Muchas veces la contestación a dicha pregunta es fácil, lo que busca el stakeholder es que se le proporcione una respuesta a su problema o iquietud, una voz autorizada que, en nombre de la compañía, muestre su voluntad de solucionar el inconveniente que el usuario está planteando. Y que, en caso de ser necesario, tenga la humildad y la inteligencia suficiente para admitir que se han cometido errores en el servicio. El estudio de Harris Interactive citado previamente agrega que, del 32% de los usuarios que no obtuvieron una respuesta a sus comentarios negativos, un 61% se hubiera mostrado sorprendido si el vendedor los hubiera contactado. Aquí radica la oportunidad que brindan las redes sociales como plataformas para lidiar con el feedback negativo de los consumidores. Seguramente, una gran parte de los stakeholders no esperan una respuesta a su reclamación pero hubieran cambiado su posición inicial en caso de recibirla. Las redes sociales someten a las compañías a un grado de exposición que era inexistente en los medios tradicionales, esto pone a las marcas frente al desafío de manejar su reputación en un ambiente donde los stakeholders gozan de un poder inédito. 





Facilitar espacios para la interacción con los diferentes stakeholders de una compañía, tanto a nivel interno (empleados, accionistas, etc.) como externo (clientes, proveedores, etc.) se vuelve una necesidad de carácter inmediato para los directivos de las compañías. Las redes sociales están demostrando a los directivos que pueden ser un gran apoyo para el negocio de su compañía cuando las mismas se gestionan con transparencia, pero pueden ser un gran lastre cuando esa transparencia brilla por su ausencia y se convierten en redes de propaganda o de mensajes vacíos de contenido. Las compañías deben adaptarse a esta nueva situación donde el poder ha cambiado de manos, los clientes, accionistas, empleados y diferentes stakeholders son con dichas redes sociales los verdaderos protagonistas de esta nueva revolución digital. Para ello las compañías deben de tener una actitud abierta donde la crítica debe ser asumida con humildad facilitando medios y recursos para corregir la misma cuando sea real, con el reconocimiento del error públicamente cuando se produzca y  lo más importante, aprender de cada error para no volver a cometerlo. Para  conseguir todo esto, muchas compañías deben adaptar su cultura y métodos de trabajo para posibilitar que se desarrolle todo su potencial empresarial. Las redes sociales no han venido para quedarse, las redes sociales siempre han existido, el problema para las compañías es que los multiplicadores de expansión e interacción con otras personas se han elevado exponencialmente, así pues, acéptense estas nuevas reglas de juego y extráigase el valor que pueden proporcionar las mismas a las compañías.



Ya lo dijo Albert Einstein: “Primero tienes que aprender las reglas del juego, y después jugarlo mejor que nadie”.



















No hay comentarios:

Publicar un comentario