jueves, 19 de octubre de 2017

LA DESTRUCCIÓN DEL CONOCIMIENTO... EN ALGUNAS COMPAÑÍAS



Thales de Mileto nació: alrededor del año 640 a.c en Mileto, Asia Menor (ahora Turquía) Thales era un hombre que se destacó en varias áreas: comerciante, hábil en ingeniería, astrónomo, geómetra Thales era considerado uno de los siete sabios de Grecia. Sobresale especialmente porque en sus teoremas geométricos aparecen los inicios del concepto de demostración y se podría decir que son el punto de partida en el proceso de organización racional de las matemáticas. El principal mérito de Thales es que es la primera persona de su época que rompe con las explicaciones del mundo basada en mitos para hacerlo sobre explicaciones con una cierta racionalidad científica. De sus pensamientos han llegado dos ideas originales que explicaban su visión. La primera es, “incluso los seres aparentemente inanimados pueden estar vivos: el mundo está lleno de dioses”. Y la segunda, “la fuente y el principio de todas las cosas es el agua”.
De él se cuenta la siguiente anécdota.
Una noche Thales estaba observando el cielo y tropezó. Un sirviente lo levantó y le dijo:
-Cómo pretendes entender lo que pasa en el cielo, si no puedes ver lo que está a tus pies.
Se cuenta que comparando la sombra de un bastón y la sombra de las pirámides, Thales midió, por semejanza, sus alturas respectivas. La proporcionalidad entre los segmentos que las rectas paralelas determinan en otras rectas dio lugar a lo que hoy se conoce como el Teorema de Thales.
Las diferentes culturas en la humanidad siempre atribuyeron gran valor al conocimiento y a la sabiduría. El conocimiento, producto de la mente humana, tiene su origen en los sentidos y sus prolongaciones y continúa de manera abstracta mediante el razonamiento lógico y la reflexión. En todas las culturas se adquiere, conserva y trasmite una gran cantidad de conocimientos que en cada momento histórico se consideran vitales para la supervivencia, y también, otros conocimientos que sin ser estrictamente necesarios para la vida, contribuyen a enriquecer el espíritu del hombre. Las innovaciones tecnológicas han llevado a nuevos modelos de producción y de transformación social y económica sin los cuales la humanidad no hubiese llegado al estado en que se encuentra actualmente. Como resultado de una definición de oportunidades dictada por los nuevos paradigmas, muchos autores como Alvin Toffler, Peter Drucker o Peter Senge, vienen defendiendo la tesis en favor del uso estratégico de la información y del conocimiento para garantizar el éxito de los procesos de planificación y desarrollo de las compañías y los negocios. Incluso, las transformaciones generadas por las tecnologías de la información en la economía mundial hacen tambalearse los marcos de referencia metodológicos de la ciencia económica, para dar surgimiento a la llamada "nueva economía”.

Sin embargo frente a lo dicho anteriormente nos encontramos con compañías o instituciones que han perseguido y arrinconado el conocimiento que atesoran las personas de una cierta edad, (mayores de 50 años), en aras de ajustar los gastos de gestión y operación de dichas compañías, ante una falta de estrategia clamorosa que ha traído como consecuencia un empobrecimiento de las mismas. Esto se ha manifestado en kpi´s de gestión mediocres como pueden ser: cuota de mercado, ingresos por operaciones, capitalización de la compañía, deuda financiera, etc. Estos empleados que han visto limitado su crecimiento y desarrollo dentro de la compañía en aras de ajustar dichos gastos de explotación a través de ERES laborales, han pasado por un complejo proceso para adquirir dicho conocimiento, son los cuatro pasos del aprendizaje:
  • La Incompetencia Inconsciente: es el desconocimiento de la ignorancia. Es la situación que se produce cuando ni siquiera se sabe que existe una materia (porque nunca se ha oído hablar de ella, por ejemplo).
  • La Incompetencia Consciente: es el conocimiento de la ignorancia.
  • La Competencia Consciente: es el conocimiento de lo que se sabe. Soy consciente de mis límites.
  • La cuarta fase del ciclo es la Competencia Inconsciente: es el objetivo máximo de todo aprendizaje, en el que el conocimiento fluye y los límites se desvanecen. Es esa habilidad de los que saben tanto que les hace parecer naturales.


El objetivo de todo aprendizaje es llevarnos a la cuarta fase del ciclo. Y para llegar a la cuarta fase hay que pasar por alguna de las anteriores.


Si hubiera que señalar la primera causa de pérdida de talento, la principal sería la baja o mala calidad directiva. El oficio de liderar personas tiene que focalizarse en fijar un rumbo en el que confluyan intereses de empresa y de trabajadores que comparten un mismo fin; una convergencia que, de no producirse, ocasiona un no alineamiento de los empleados con los objetivos. La mediocridad en el liderazgo produce escenarios insignificantes, siembran el desencanto y desinterés, esto se traduce en mandos y directivos incompetentes que hacen germinar la frustración y cosechan el rechazo. Son los famosos jefes tóxicos, los cuales crean ecosistemas nocivos que instan a la rotación. Unos y otros son fuente de destrucción de valor dentro de las compañías y sus principales virtudes son las de desorientar, quitar la ilusión, provocar desvinculación,  aniquilar el compromiso y por último hacer que el empleado pase al despido interior. En resumen esta falta de expectativas crea una insatisfacción e infelicidad que sirve para que los empleados se doten de argumentos sólidos para abandonar dicha empresa. Por el contrario, los directivos ejemplares aciertan a transformar la causa común en un motivo que merece la pena abrazar. Satisfacción y resignación son dos actitudes que conjugan mal con profesionalidad, cualidad que armoniza con atributos tales como implicación, inquietud e inconformismo que perfilan al empleado como un sujeto que aspira al crecimiento personal. Esto es, incrementar sus competencias, poder influir en su trabajo para mejorar el resultado de su actividad, demostrarse que es capaz de desarrollar su potencial y sentirse apto para obtener mejores frutos como consecuencia de su progresiva madurez profesional y de su consiguiente evolución contributiva.
Las políticas de contención  de gastos inciden en la regresión de activos, tales como el progreso competencial, el desarrollo del conocimiento, la innovación, el freno tecnológico, la proporcionalidad de medios o las condiciones laborales son medidas delicadas que conviene calibrar detenidamente cuando hay que reducir inversiones, porque impactan lesivamente en el factor humano y quizá haya otros capítulos reductibles cuya limitación de gastos se comprenda mejor por todos los empleados de la compañía. Evidentemente la pérdida de estatus profesional ocasiona quiebras de fidelidad. Hay casos sangrantes donde un profesional es ascendido, por política de compañía, por encima de otro, una razón poderosa para cambiar cuando los motivos son diversos y manifiestamente ajenos al desempeño de quien ha sido “saltado” por quien todavía no ha demostrado merecerlo y es más joven. Ser considerado con los empleados,  mantenerlos debidamente informados, procurar ocasiones para que avancen, estimular su iniciativa, desarrollar su potencial, proponerles retos, reconocer sus méritos personales, darles visibilidad interna y externa, crear vínculos consistentes, coordinar sus actuaciones, aportar criterios fundados, fijar metas, planificar el suceder, hacer predecible en cierto modo el futuro son, entre otros, ingredientes necesarios para conseguir el efecto de vincular. La incompetencia, la falta de criterio, los bandazos, la sorpresa, la insustancialidad son elementos perturbadores del compromiso que provocan desvinculación. Actualmente se conoce que un mal ambiente o Clima Laboral impacta de lleno en los resultados económicos de una compañía, lo cual apremia y obliga a gestionar dicha variable para avanzar posiciones en esa pendiente que media entre lo nocivo y saludable. Si una compañía y sus directivos omiten dicha situación, se encontrará en un bucle de destrucción de valor permanente que obligará a los directivos a realizar ajustes continuamente para adaptar sus capacidades a los ingresos que tienen. En esos ajustes por desgracia el gran perdedor será siempre el conocimiento, ya que quien atesora el mismo por norma general son aquellos empleados de cierta edad a los cuales se invitará a salir de dicha compañía.


Los argumentos que cada empresa aduce a la hora de justificar las prejubilaciones son muy amplios y de muy diversa índole: respuesta a fusiones, absorciones, adquisiciones, nueva situación de competencia de mercado, cambios en la orientación de negocio, obsolescencia de los conocimientos de los trabajadores como consecuencia de la evolución de las tecnologías, etc. Las respuestas a las principales causas del plan de prejubilaciones son las mismas que en cualquier reestructuración: reducción de costes a través de la reducción de plantilla. El objetivo de las prejubilaciones no es tanto el de rejuvenecer la plantilla sustituyendo a los más mayores de la empresa por las nuevas generaciones, sino el de reducir los costes salariales. 

Existe un estudio efectuado por la escuela de negocios IESE, efectuado sobre el tema de los ERES en las compañías que han abordado dicha situación, en el mismo se resaltan varios aspectos negativos relevantes de dichos planes:
  • En los planes de prejubilación de las grandes empresas no existe un análisis estratégico previo de carácter cualitativo sobre las consecuencias que producen las prejubilaciones en la empresa: pérdida de capital intelectual, pérdida de talento (trabajadores de la empresa con mayor experiencia, conocimientos, fidelidad y cultura de empresa).
  • Resulta difícil para la empresa valorar cómo afecta el plan a la motivación y aspiraciones de las personas entre 45 y 50 años. Esta personas, cuando comprueban que de seguir aplicando esa medida les quedan pocos años de vida activa, su mentalidad y su actitud de hecho queda afectada de manera irrecuperable en muchos de los casos.
  • No existe una gestión del conocimiento, un sistema de transferencia intergeneracional de conocimientos  y  de  experiencia  de  los  prejubilados,  que  ayude  a  no  descapitalizar intelectualmente la empresa.

Para terminar este post quiero recordar que Apple, la empresa más próspera del planeta con un valor de mercado de 750.609 millones de dólares tiene un valor en libros (activos tangibles reflejados en su balance) de 132.401 millones, el mundo unánimemente acepta que ese 82,4% de diferencia corresponde a intangibles. En el caso de Google, el valor de sus intangibles es el 76% de su valor total y en el de Microsoft, el 85,3%. Si tomamos las principales empresas industriales, los intangibles de la petrolera Exxon Mobil representan un 49,5% de su valoración, en el caso de Johnson suponen un 80% y para General Electric llegan al 71%. El  conocimiento ha sido y es la palanca fundamental para que dichas compañías atesoren el valor que el mercado les otorga, esto no viene por generación espontánea, sino a base de alinear y poner a las personas en valor con sus conocimientos.  Peter Drucker el padre del management del siglo XX, que vivió hasta los 95 años, afirmaba, “que una de las razones por las que envejeció sano fue su eterna curiosidad, que hacía que siempre encontrara nuevos temas que le interesaban”. Solamente aquellas personas que adolecen de curiosidad y raciocinio pueden ver a sus semejantes de una cierta edad como un gasto y no como lo que son…Fuente de conocimiento y riqueza para las compañías.



Ya lo dijo El Principito de Antoine de Saint-Exúpery: “Lo esencial es invisible a los ojos”.

1 comentario: