domingo, 9 de agosto de 2020

NEOLIBERALISMO...UNA DOCTRINA FATÍDICA EN LAS SOCIEDADES QUE ABRAZARON DICHO DOGMA (I)


Fue con la creación de la Sociedad del Mont-Pèle-rin (smp), que Friedrich Hayek fundó en 1947, con el apoyo decisivo del ordo-liberal Wilhelm Röpke, con la que logró reunir a los oponentes intelectuales del socialismo que compartían su oposición a la tendencia al aumento del papel del Estado en la economía y la sociedad. Desde la creación de dicha organización (smp), –e incluso antes a la ocasión del Coloquio Lippmann en 1938–, los intelectuales neoliberales formaron un colectivo, animado por una ambición común, de minar la hegemonía del “socialismo”. El marco general del neoliberalismo surgió en la década de 1930 antes de que Hayek tomara la dirección del movimiento, en 1947 en Vevey, Suiza. Ahí nació la más influyente y prestigiosa sociedad de pensamiento completamente dedicada a la causa liberal haciendo la apología y la propagación de una economía de mercado a escala mundial. Para Hayek, se trataba de romper el aislamiento de los pensadores liberales en un mundo amenazado por el colectivismo y el ascenso de las tesis keynesianas y marxistas. Es durante el Coloquio Walter Lippmann para que el concepto de neoliberalismo adquiera una cierta visibilidad en el campo científico e ideológico con un significado completamente opuesto al utilizado a partir la década de 1970. El vocablo neoliberalismo se forjo para designar un liberalismo renovado que los liberales alemanes se resolvieron a endosar sin estar muy convencidos de dicha apelación. Aunque, parece ser, que fue en el año 1925 cuando el economista suizo Hans Honegger utilizó por primera vez la expresión neoliberalismo. La novedad del primer Coloquio de la (smp) en 1947 con respecto al Coloquio Lippmann fue también la entrada con fuerza de la “Escuela de Chicago” debido a los estrechos vínculos de Hayek con Henry C. Simons y con Aaron Director. Cabe recordar que tras el coloquio inaugural de Vevey, la (smp) fue registrada en Illinois como una General Non Profit Corporation. Dos instituciones jugaron un papel fundamental en el devenir americano de la Sociedad: el Volker Fund y la Fundation for Economic Education. Ciertamente, estas instituciones no tenían necesariamente en todos los temas la misma visión que Hayek, pero contribuirán fuertemente a las orientaciones de la Sociedad en el sentido de una apología sin matices del libre mercado. Y Hayek, al lado de Mises jugó un papel capital en esta radicalización vinculada al peso de estas instituciones. De golpe la (smp) dependió del apoyo financiero americano y en particular del Volker Fund (El Fondo William Volker fue una fundación benéfica establecida en 1932 por el empresario y magnate de muebles para el hogar de Kansas City, Missouri, William Volker).  Ahora bien, si estas instituciones estaban dispuestas a pagar sumas considerables no era por el gusto desinteresado por las libres discusiones académicas sobre la filosofía de la libertad sino porque tenían que emprender una guerra. Una de las grandes novedades de la (smp) con respecto al Coloquio Lippmann, fue la influencia que tuvieron de entrada las instituciones patronales de promoción de la libre empresa y de un liberalismo extremo según el profesor e investigador del neoliberalismo Serge Audier.

La Escuela de Chicago en 1947 no tiene la misma composición ni la misma orientación que tuvo a partir de la década de 1970, Milton Friedman, el economista más célebre de esta Escuela, no era aún el líder de la revolución liberal de los setenta. Ni siquiera era el economista más importante de la Escuela de Chicago, dominada por figuras como Frank Knight y Henry C. Simons, quien murió antes de la creación de la (smp), muy respetados desde la década de 1930. Es evidente que el liberalismo de Knight era profundamente diferente del de Mises y Hayek, o del que sería el de Friedman. En la década de 1960 lanzará duros ataques contra los extremistas del laissez-faire (dejar hacer) y del individualismo, es decir, como lo precisa el mismo contra sus amigos de la (smp). Muy alejado de lo que será la metodología positiva de Friedman, desarrolló un pensamiento que subraya el pluralismo de los valores y las elecciones, subvirtiendo profundamente el modelo del “homo oeconomicus” (el hombre económico es una persona racional, que maximiza su utilidad, tratando de obtener los mayores beneficios con un esfuerzo mínimo). Sus posiciones no tienen nada que ver con el fundamentalismo de mercado que inundará el mundo a partir de 1970. Sin embargo, sería el joven economista Milton Friedman de (34 años), con su asistencia al primer coloquio de la (smp) en lo que sería su primer viaje a Europa, cuando Hayek decide invitarlo a sugerencia de Director cuñado de Friedman. Pero el joven economista de Chicago que no conocía bien a Hayek no tuvo ningún papel importante ni en el plano organizacional ni ideológico. Más tarde considerará que el encuentro del Mont-Pèlerin tendrá una influencia muy importante por su interés por las cuestiones más directamente políticas y por su apoyo a una línea doctrinal abiertamente liberal. Friedman diría a posteriori, “allí estaba yo, un joven estadounidense naif y provinciano, conociendo a gente de todo el mundo, que compartía los mismos principios liberales que nosotros; todos asediados en sus propios países, entre ellos algunos investigadores, algunos internacionalmente famosos, otros destinados a serlo; haciendo amistades que han enriquecido nuestras vidas, y participando en la creación de una sociedad que ha desempeñado un papel importante en la preservación y el fortalecimiento de las ideas liberales”. Sería a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta que tanto en el plano institucional como doctrinal que Friedman comenzará a jugar un papel crucial en la Sociedad justo en el momento en que esta atravesará su más grave crisis que conducirá a la deserción de una parte de los suizos y los alemanes. Además, defenderá un liberalismo intransigente y extremista que tendrá bases epistemológicas diferentes a las de Mises y Hayek. Así pues, en los años cincuenta y sesenta se asistirá a una radicalización de la organización de Hayek, en parte explicada por los vínculos cada vez más estrechos con el polo más liberal de los libertarios (Murray Rothbard) y con los círculos patronales americanos anti-New Deal. Se puede afirmar que la (smp) se americaniza a tal grado que su líder de hecho, Hayek, se vuelve una figura universitaria e ideológica americana. Este último deja en 1950 la London School of Economics para ir a la Universidad de Chicago donde enseñó durante doce años.  

Entre los años (1960-1980) la Escuela de Chicago evolucionará hacia tesis más favorables al libre mercado y cada vez menos orientadas hacia una cierta forma de regulación. Claro está que la Escuela de Chicago no defenderá generalmente posiciones tan radicales como las de los “libertarios” abiertamente antiestatales, pero algunas veces se aproximará sensiblemente. Es, sobre todo, a mediados de la década de 1970 con el cambio profundo en la evolución económica y política del mundo –el gran viraje liberal que anuncia parcialmente la futura globalización denominada neoliberal– que la (smp) adquiere una autentica visibilidad a tal grado que algunos le atribuyen un papel en las mutaciones históricas que contribuyeron repentinamente a su gloria. Dos de sus representantes, Hayek en 1974 y Friedman en 1976 reciben el premio Nobel de Economía. Friedman adquiere un gran prestigio, al grado de eclipsar parcialmente a Hayek:  durante la década de 1970 el maestro de Chicago se vuelve el más notable entre los liberales extremos, incluso antes de la obtención del Nobel en 1976. Durante la década de los 80 y coincidiendo con gobiernos ultraliberales como el de Margaret Thatcher y Ronald Reagan dentro de la (smp) aumentaron su peso dentro de la organización algunas figuras científicas y doctrinales de primer plano que eclipsaron un poco a Hayek. Tal es el caso de James Buchanan, teórico de la “elección pública” y Gary Becker, teórico del “capital humano”, que serán, uno y otro, presidentes de la sociedad. En materia de ideas se puede decir que ni el thatcherismo ni el reaganismo se apoyan únicamente en el trabajo de la Sociedad. Así, Margaret Thatcher se nutre también de ideas conservadoras inglesas y de la posición adoptada por Ronald Reagan, fuera de Hayek y Friedman, tuvo muchas otras influencias, como, por ejemplo, la de Arthur Laffer con su famosa “curva de Laffer”, líder de la denominada escuela de la oferta y Georges Gilder quien consideraba que “la pobreza es el aguijón más necesario al éxito de los pobres”.

Milton Freadman fue el gran ideólogo y propagador del libre mercado de dicho neoliberalismo, el gran propagador de la doctrina del libre mercado. Esta faceta es la más polémica y controvertida. En su creencia de que el mercado tiene soluciones para todo –sea educación, sanidad o drogas ilegales-, el modelo exigía la mínima intervención del Estado y una mayor desregulación. Sus ideas tuvieron gran aceptación en los partidos conservadores que adoptaron algunas de sus propuestas más llamativas –eliminación de los salarios regulados o el cheque escolar- pero un análisis detallado de la puesta en práctica de estas políticas en diferentes países no arroja un balance claro sobre la certidumbre  de sus teorías. Su influencia en la economía contemporánea fue decisiva. Friedman realizó la gran contrarreforma contra el keynesianismo, que se había impuesto en los años treinta después del “crash” bursátil de 1929. Friedman junto a otros economistas neoliberales, rescató los valores de la economía clásica en la segunda mitad del siglo XX –presumía de haber recuperado a Adam Smith-. Como afirmó el también Nobel, Paul Krugman: “si Keynes fue Lutero, Friedman fue Ignacio de Loyola. Al igual que los jesuitas, los seguidores de Friedman, actuando como un ejército disciplinado, destruyeron la herejía keynesiana”. Sin embargo, las formidables crisis del 2008 y la actual de 2020 han demostrado que las políticas monetaristas de Friedman son completamente inoperantes y perniciosas para salir de dichas crisis financieras. Los defensores de políticas de estímulo al crecimiento como se están aplicando actualmente por los gobiernos de todo el mundo capitalista y de otro tipo demuestran que el gran sacerdote del neoliberalismo, no tenía ninguna razón en su teoría de que el “laissez faire” al mercado era el gran aliado para salir de dichas crisis. Un ejemplo de lo que digo lo vemos en lo que está sucediendo en Estados Unidos por la crisis del Covid-19. El Producto Interior Bruto (PIB) de Estados Unidos se contrajo un 9,5% en el trimestre del confinamiento o un 32,9% en términos anuales. Es un mazazo brutal, por su intensidad y la rapidez con la que se produjo. La tasa de paro, entre tanto, subió del 3,5% en febrero al 14,7% en abril por el cierre de los negocios no esenciales. En julio se moderó al 10,2%. Durante la Gran Recesión la actividad económica cayó "solo" un 4% en un periodo de 18 meses y el desempleo llegó al 10%. La contracción económica habría sido devastadora de no ser por los mecanismos de estímulo público que se activaron de inmediato. Se calcula que las medidas fiscales dieron un impulso equivalente a 14,6 puntos porcentuales. Por ponerlo en dimensión, el déficit de 864.000 millones de dólares de junio equivale a la deuda que se acumuló el país entre el año 1776 y 1979. Y esto sucedía mientras la Reserva Federal imprimía dinero de forma masiva. Sin embargo, con todo el esfuerzo fiscal que se está empleando para que la economía no se paralice no se ha podido evitar que 33.000.000 millones de norteamericanos se encuentren en situación de desempleo. La cuestión aquí es preguntarse, ¿Que hubiese sucedido si la doctrina de Friedman del “laissez faire” al mercado hubiese tenido que abordar dicha situación? Aun así, algún presidente de la Reserva Federal como el de Dallas, Robert Kaplan, insiste que el estímulo fiscal es el vehículo adecuado para hacer frente a la crisis y por eso dice se necesita mantener ese sustento.  Sin embargo, la proyección que hace para el tercer trimestre de este año es de un repunte del crecimiento a una tasa anualizada del 20%. Pero la contracción será del 5% para el conjunto del año y de un 0% entre final de 2019 y 2021. Los nuevos brotes del virus, añade, "frenan la economía y atenúan la recuperación".

En Europa la gran “sacerdotisa” de ese neoliberalismo fue Margaret Thatcher, en su legado quedó la liberalización del mercado laboral, las privatizaciones, el impulso a la compra de viviendas, el boom de la City de Londres y las peleas con la Comisión Europea entre 1979 y 1990. Así que una de las primeras misiones a las que se lanzó la líder conservadora tras su victoria fue reducir el poder de los sindicatos. El gran conflicto que dirimió este pulso no se produjo hasta después de la segunda victoria de Thatcher en 1983. El Gobierno anunció su decisión de cerrar 20 minas de carbón, lo que provocaría el despido de 20.000 empleados. Los sindicatos del sector convocaron en 1984 una huelga que duró casi un año y acabó con la victoria del Gobierno. En su plan de privatizaciones, abrió a la competencia sectores como la energía, el agua y las telecomunicaciones, Thatcher dio la oportunidad a las familias británicas para comprar acciones, dentro de su deseo de fomentar el papel de la inversión privada. La operación más exitosa fue la oferta pública de venta de British Gas en 1986, en la que 1,5 millones de británicos adquirieron acciones de la empresa. Thatcher también vendió British Telecom, British Airports Authority y British Airways, entre otras empresas. Además, troceó y vendió las empresas eléctricas estatales. No se atrevió con el monopolio de ferrocarril (que privatizó su sucesor, John Major) ni con Correos, que todavía hoy está en manos públicas. Este modelo de privatizaciones fue seguido posteriormente por países como España, donde los resultados de dichas privatizaciones  los estamos viendo estos días en bolsa.

Las relaciones laborales del modelo neoliberal en Estados Unidos lo encontramos por ejemplo en la huelga de controladores que se celebró durante la presidencia de Reagan. El 5 de agosto de 1981 el presidente cumplió con su advertencia y cesó a 11.000 controladores de una plantilla de 13.000 https://bit.ly/3kydPEz Otro de los aspectos emblemáticos de Thatcher fue la liberalización de la City londinense, que la primera ministra aprobó en 1986. El denominado Big Bang de la City rompió con el cerrado club que constituían las tradicionales casas financieras de Londres que operaban en la bolsa y los mercados de bonos. Al abrir la posibilidad de realizar transacciones a otras firmas e inversores, los grandes bancos de inversión estadounidenses y de otros países desembarcaron en Londres y convirtieron esta plaza en el gran centro financiero europeo e incluso global. Como consecuencia de ello, el peso del sector financiero dentro de la economía británica es muy alto, lo que hizo que en 2008 el impacto de la crisis financiera de Lehman Brothers se dejara notar con fuerza en Reino Unido. Cuatro bancos tuvieron que ser rescatados por el Gobierno y hay un proceso de instauración de una regulación mucho más estricta en la banca. La regulación de la City fue una de las cuestiones que produjo un grave enfrentamiento del Gobierno británico con el resto de la Unión Europea que desembocaría en un referéndum que convocó el primer ministro Cameron, el cual perdió y las consecuencias son bien conocidas con su famoso “brexit”. El inicio de las disputas entre Londres y Bruselas hay que buscarlo en la etapa de Thatcher en un discurso que pronunció en la ciudad de Brujas, en 1988, la Premier cambió para siempre la relación con Europa de los conservadores, hasta entonces partidarios de la integración, y dio origen al euroescepticismo. En dicho discurso dijo: “No hemos echado hacia atrás las fronteras del Estado en Reino Unido sólo para verlas reimpuestas al nivel europeo, con un superestado europeo ejerciendo una nueva dominación desde Bruselas". Mientras tanto en Estados Unidos el presidente Reagan inicia con el presupuesto de 1987 la privatización de agencias y bienes del Estado, que entiende que pueden ser mejor gestionados por la empresa privada, siguiendo la política de Margaret Thatcher en el Reino Unido, y en un intento de conseguir ingresos ya que el deficit fiscal se multiplicó en sus primeros años de mandato. En su mensaje al Congreso acompañando al presupuesto, el presidente afirmó que "durante unos años el Gobierno Federal ha realizado muchas operaciones de tipo comercial y en la mayoría de los casos sería mejor salirse de estos negocios y dejar de competir con el sector privado, y en este presupuesto me propongo iniciar este proceso". Para ello, el Gobierno pone a la venta varias compañías de comercialización de electricidad, que venden. el 6% de la energía eléctrica del país, la reserva naval de petróleo, algunos aeropuertos federales como el National de Washington, los satélites del servicio meteorológico nacional y algunos servicios postales.

Para terminar el post, decir que el neoliberalismo fue una utopía económica, pero dicha utopía es a la vez política, ya que se basa un totalitarismo mercantil basado en la creencia del automatismo del mercado, así como otros totalitarismos pretendieron basarse en los mitos de las leyes dialécticas de la naturaleza y la historia, o de la raza superior. Esta interpretación concede especial importancia a la tarea crítico política, puesto que la lucha contra el neoliberalismo no es sólo una oposición a un modelo político excluyente, sino a la vez la lucha contra una minoría de poder que busca reestructurar todas las sociedades a la medida de sus intereses, supuestos y utopías. El “mantra” de los neoliberales de que la libre competencia genera desigualdades que son inevitables y necesarias (según Hayek), porque los sectores triunfadores pueden disponer de mayor excedente para invertir, crear empresas y generar empleos tiene un recorrido muy corto en sociedades interconectadas como las actuales. Para dichos teóricos, la situación produciría una proporción inversa: a mayor libertad económica, menos igualdad económica-social. Cualquier intento del Estado de disminuir las desigualdades, limitaría la libertad. Los neoliberales sólo aceptan aquellas igualdades formales necesarias al desarrollo de la sociedad de mercado: igualdad ante la ley, ante el sistema judicial y ante el mercado (Hayek 1960). Todo un despropósito que en la década de los años 80 y 90 se tradujo en un daño severo en la economía, la política o lo social en aquellas sociedades que abrazaron … Dicha teología. 

Ya lo dijo el Papa Francisco: "La crisis económico-social y el consiguiente aumento de la pobreza tiene sus causas en políticas inspiradas en formas de neoliberalismo que consideran las ganancias y las leyes de mercado como parámetros absolutos en detrimento de la dignidad de las personas".

 

Próximo post: El neoliberalismo en España y sus consecuencias.



 

 

 


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