domingo, 23 de agosto de 2020

POST 1000, EL TIEMPO QUE VIVIMOS PELIGROSAMENTE

 

El libro “Un mundo feliz” es una de las distopías más famosas y destacadas de todos los tiempos. Escrito en 1932, Aldous Huxley imagina una sociedad que utilizaría la genética y el clonaje para el condicionamiento y el control de los individuos. En esta sociedad futurista, todos los niños son concebidos en probetas. Ellos son genéticamente condicionados para pertenecer a una de las 5 categorías de población. De la más inteligente a la más estúpida: les Alpha (la élite), los Betas (los ejecutantes), los Gammas (los empleados subalternos), los Deltas y los Epsilones (destinados a trabajos arduos). El libro, describe también lo que sería una dictadura perfecta que tendría la apariencia de una democracia, una cárcel sin muros en el cual los prisioneros no sonarían con evadirse. Un sistema de esclavitud donde, gracias al sistema de consumo y el entretenimiento, los esclavos "tendrían el amor de su servitud". La pequeña y acogedora casa de Sanary, en la Provenza, donde residían los Huxley desde finales de la década de 1920, es el lugar donde el autor, en abril de 1931, comenzó a escribir su denominada " mala utopía " , que concluyó en agosto de ese mismo año. En total solo necesitó cuatro meses para ultimarla. Obra maestra de la literatura de anticipación, la obra presenta un hipotético escenario futuro en el que todo vestigio del pasado ha sido erradicado con la finalidad de sellar una nueva era de la humanidad totalmente desprovista de contenido y sentido histórico. El denominado Estado Mundial ha destruido la historia y el pasado porque su obsesión es solo el presente. El año en el que se desarrolla la acción de la novela es el 632 después de Ford. La nueva era comienza tras la fabricación del primer Ford T en 1908, fecha de partida de esta futura civilización. Por consiguiente, el año 632 después de Ford equivaldría al 2540 de nuestra era, aproximadamente. Los ciudadanos de este nuevo mundo desconocen por completo los valores morales, culturales y espirituales, porque han sido condicionados para imitar y seguir un despiadado canon capitalista que delata una adulterada, profética y perturbadora idea del bienestar.

El 31 de enero del año 2014, arrancaba el camino este blog con el siguiente post, "MIG, Modelo Innovador de Gestión"  https://bit.ly/321yrMF En estos seis años y 8 meses de vida, el mismo me ha servido para reflejar los hechos que sucedían en la sociedad con respecto a la gestión que se ha llevado en algunas compañías, Gobiernos u otras instituciones, por directivos, politicos o líderes que con sus decisiones han influido y decidido en la dirección de las mismas. He de decir también, qué si bien al principio era una persona escéptica con respecto al devenir y la influencia de dicha herramienta, fue el consejo de un buen amigo (Jorge) el que me oriento con respecto a iniciar el mismo. El balance después de todo este tiempo es muy positivo, el blog me ha consumido mucho tiempo personal, pero me ha dado la satisfacción de contar con decenas de miles de visitas al año a los diferentes post que he ido publicando en el mismo. Esto es un motivo de gran satisfaccion y ha sido el motor que me ha incentivado a seguir poniendo de relieve lo que sucede en los diferentes ámbitos de la sociedad.

Una de las cuestiones que he podido percibir en estos años, es el declive constante que han sufrido algunas compañías icónicas como (Telefónica, BBVA o Banco de Santander) que perdieron la orientación y el favor de los consumidores en unos mercados cambiantes, donde la digitalización ha marcado el ritmo de cambio en la sociedad. En estas compañías que iniciaron el camino a la irrelevancia, existen varios factores comunes a las mismas;

1º. Una gestión orientada hacia la propaganda, donde los grandes anuncios no iban acompañados de métricas de gestión que corroboraran la estrategia del equipo directivo.

2º. La gestión de las compañías se ha realizado sin contrapesos que auditaran y controlaran lo que estaban haciendo los equipos directivos, el deterioro de las magnitudes empresariales han sido cubiertas de un manto de silencio por diversas partes interesadas en dicho proceso de control como son; accionistas dominicales, sindicatos mayoritarios o la propia cadena de mando, los cuales se han puesto de perfil ante lo que estaba sucediendo.

3º. La iniciación de una diversificación en negocios no “core” en las mismas, como es por ejemplo mercados inestables, negocios donde la experiencia y conocimiento es muy reducido o negocios donde la inversión de capital no compensa el retorno obtenido, han llevado a las mismas a situaciones de endeudamiento y achique de recursos que han limitado el desarrollo de palancas cruciales para el crecimiento de las mismas, como es por ejemplo la I+D+i.

4º. La endogamia directiva en la designación de cargos para la asunción de responsabilidades, más a personas de confianza y obediencia ciega que a personas con capacidad contrastada en la gestión, han llevado en algunos casos a que el deterioro de las mismas se haya perpetuado en el tiempo. 

5º. La nula asunción de responsabilidades por parte de dichos directivos, ha llevado a que dichas compañías careciesen de un recambio de los mismos, lo cual como mínimo hubiese llevado quizás a un cambio en la estrategia equivocada.

En el día en que el blog arrancó su camino,  los títulos de Telefónica cotizaban a 11,31 euros, el BBVA A 8,86 euros y el Banco de Santander a 6,41 euros. Hoy los precios de los títulos las tres cotizadas son; Telefónica 3,48 euros, BBVA a 2,43 euros y Banco de Santander a 1,83 euros. El retroceso en las tres cotizadas es de los que hacen historia, sin embargo, desde dentro de las mismas se ha impuesto la famosa “Ley del silencio” de Budd Schulberg, que tan magistralmente llevó a la gran pantalla el director de cine Elia Kazan. A la vez que esto sucedía, los accionistas eran cada vez más pobres y las remuneraciones de dichos directivos no notaban significativamente dicha situación, algo que no concuerda muy bien si uno lee por ejemplo lo que sucede en otros países como por ejemplo Alemania, Estados Unidos, etc.  https://bit.ly/2EzqQx1

Una de las cuestiones que más se ha echado en falta estos años es la falta de fedatarios públicos (prensa) que pusiesen en conocimiento de la sociedad lo que estaba sucediendo. La prensa, conocida como el cuarto poder después de que él periodista, político e historiador Thomas Macaulay, dijese la frase "el periodismo es el cuarto poder", se encuentra en estos momentos rehén de unas necesidades económicas que les obligan a ser, mas voceros de quien paga, que fedatarios de la verdad. En febrero de este año, el fundador, director y editor del diario Vozpopuli, Jesús Cacho, ponía el dedo en la llaga al afirmar que: "El drama de la prensa española es que sigue dependiendo del Ibex 35" http://bit.ly/2TmqzRA Por otro lado, Internet ha abierto el melón de un nuevo escenario donde la libertad para publicar no está tan condicionada como con el papel impreso, sin embargo, el modelo de negocio en dichos medios digitales todavía tiene pendiente una consolidación al no tener unos ingresos fijos por suscripciones que garanticen su futuro. Es en dichos medios digitales, donde el lector puede de vez en cuando encontrar noticias que la prensa escrita no publica por razones obvias descritas anteriormente. 

En este escenario surge un nuevo jugador para constatar lo que sucede en la sociedad, son las redes sociales. Desde que en el año 1995 Randy Conrads creo la web classmates.com como primera red social hasta la actualidad el camino ha sido de un constante crecimiento. Hoy las mismas tienen unos 3.030 millones de usuarios activos, de los que tienen de media 7,6 cuentas activas en dichas de redes https://bit.ly/3l87FuV Las redes sociales se basan en la Teoría de los Seis Grados de Separación, según la cual cualquier persona en la Tierra puede estar conectada a cualquier otra en el planeta a través de una cadena de conocidos que no tiene más de cuatro intermediarios. La teoría fue inicialmente propuesta en 1929 por el escritor húngaro Frigyes Karinthy. El concepto está basado en la idea de que el número de conocidos crece exponencialmente con el número de enlaces en la cadena, y sólo un pequeño número de enlaces son necesarios para que el conjunto de conocidos se convierta en la población humana entera. Esta situación, actualmente abre un escenario que para las personas que están representando a instituciones, compañías u organismos de la sociedad, sienten la amenaza de un poder que no pueden controlar. Desgraciadamente las mismas tienen una parte buena de dar a conocer lo que sucede cuando hay abusos o situaciones injustas o también una parte mala, cuando se utilizan para confundir o generar un estado de opinión contrario a la realidad, como sucedió en las elecciones presidenciales de Estados Unidos con Cambridge Analytica  https://bbc.in/2HUxmgh

Una de las cuestiones que cambio el escenario actual del mundo y en la sociedad española ha sido la llegada del Covid-19. La llegada de dicha pandemia aceleró la descomposición de compañías que venían arrastrando problemas latentes como son; el elevado endeudamiento, la pérdida de clientes, la caída de ingresos, la reducción de la cuota de mercado, etc. La llegada de dicho problema a la sociedad desató dos tipos de reacciones dentro de las principales compañías de la sociedad española (IBEX-35). La primera reacción consistió en ponerse a disposición de las autoridades españolas con el fin de contribuir a paliar las consecuencias de la misma, sin ningún tipo de protagonismo mediático como por ejemplo hizo el dueño de Inditex, Amancio Ortega https://bit.ly/2YtvBPP Decir que dicha pandemia obligó a dicha compañía a cambiar su modelo de negocio hacia la venta online con resultados muy brillantes, abriendo las puertas a una digitalización exprés para los próximos años https://bit.ly/2QvdR2d La segunda reacción a dicha pandemia es la generada en compañías con problemas, la misma ha sido explotada y publicitada con el fin de poner de relieve la gran contribución a la sociedad con el fin de justificar la situación por la que atraviesan por el impacto de dicho problema. En multitud de grandes compañías ante la previsión del impacto de dicho problema, se han visto en la obligación de suprimir el dividendo, (los bancos por el Banco Central Europeo) o de motu proprio sin ninguna presión a eliminar los mismos.  Sin embargo, en otras compañías con problemas, se ha producido en fenómeno curioso, se caen los ingresos y beneficios, pero sin embargo se paga dividendo, algo que hipoteca a los dueños de dichas compañías (los accionistas). Por otro lado, la salida en los medios de comunicación de dichos presidentes de compañías con problemas durante la pandemia ha sido una constante durante los peores momentos. Los anuncios de dicha filantropía, han sido puestos en conocimiento de la sociedad para que quedase constancia de dicha situación. Decía Samuel Zemurray que  “la verdadera filantropía debe ser anónima, quién no solo destinó fondos, también puso en este proyecto su visión y deseo por llenar un vacío existente”. La filantropía a secas, entendida como caridad, como una mera transacción económica, ha quedado atrás. Aún es la opción elegida por algunos empresarios como Amancio Ortega, dueño de Inditex, que en 2014 donó a través de su Fundación 20 millones de euros a Cáritas Española y cuatro a la Federación Española de Bancos de Alimentos, y en 2017 entregó a la sanidad pública 310 millones para equipos de detección y tratamiento de cáncer, entre otras donaciones. Actualmente, lo que se lleva ahora en las empresas es la filantropía estratégica, que pone el foco en el valor, un concepto mucho más amplio que el de beneficio, y que no solo atañe al accionista sino a todos sus stakeholders: empleados, clientes, proveedores, competidores, comunidad… No se trata solo de que una organización se cuestione qué hacer con los beneficios, sino de que se pregunte cómo se ganan esos beneficios y como repercute los mismos en la sociedad de la que extrae los mismos

Para terminar el post, decir que el blog en estos años ha tratado de arrojar luz sobre cuestiones que importaban e interesaban a la sociedad, no sé si lo habré conseguido. Desde luego no debemos caer como al principio del mismo en la obra de Aldous Huxley en un hipotético escenario futuro en el que todo vestigio del pasado haya sido erradicado con la finalidad de sellar una nueva era de la humanidad totalmente desprovista de contenido y sentido histórico. Olvidar es renunciar y cometer errores pasados, espero poder seguir arrojando luz y visión sobre aquello que nos importa como personas, en un momento… Que vivimos peligrosamente.

Ya lo dijo William Shakespeare: “Los peligros visibles nos atemorizan menos que los horrores imaginarios”.

 

Muchas gracias


 

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