domingo, 6 de septiembre de 2020

ANA PATRICIA BOTÍN... UNA "CONVERSA" QUE HA VISTO LAS OREJAS AL "AJEDRECISTA"

 

El converso más famoso de la historia es, por supuesto, San Pablo. San Pablo no conoció a Jesús, y él mismo contó en sus cartas cómo, antes de su conversión al cristianismo, persiguió "a la iglesia de Dios” (Corintios, 15:9). Lo hizo con verdadera pasión. Pero un día, “cuando agradó a Dios”, este le reveló “a su hijo […] para que yo le predicase entre los gentiles" (Gálatas, 1:16). A partir de entonces, se tomó esa prédica con la misma seriedad y tenacidad con la que antes había perseguido a los creyentes. Tanto, que ese converso que tuvo que pelear para que los cristianos aceptaran de veras que era uno de ellos, acabó poniendo las bases que permitieron que el cristianismo se expandiera y que estableciera de manera más formal cuáles eran sus creencias y cómo debían comportarse sus seguidores.

Estos días hemos sido testigos de como los presidentes de grandes compañías del IBEX-35, se han vuelto “conversos” de un Presidente del Gobierno, al cual hicieron lo indecible con el fin de que no llegará a ser investido como bien recoge la hemeroteca https://bit.ly/32XXcKs , https://bit.ly/3jNp4rm  Este cambio de 180º, cada vez se ha visto de forma más explicita en las declaraciones de dichos presidentes. Las razones de dicho debilidad varían dependiendo de cuál sea el presidente, las principales causas de dicha debilidad de los mismos son las siguientes: problemas con la justicia (Caso Tándem) y la debacle bursátil que ha depreciado el valor de la acción a niveles desconocidos.  Sin embargo, una persona que lo está manifestando más explícitamente, hasta el punto de dejar a más de uno sorprendido, es Ana Patricia Botín, presidenta del Banco de Santander. El lunes 31 de agosto en la Casa de América después del discurso del Presidente, a una pregunta a dicha presidenta dijo, “Creo que lo que dijo el presidente del Gobierno está muy bien”. “Pocas personas pueden estar en desacuerdo con los principios de lo que dijo: hay muchas cosas que nos unenhttps://bit.ly/35m7Uxd  Posteriormente, el 3 de septiembre en el Pleno extraordinario de la Cámara de España, recordó esas prioridades sobre las que habló el Presidente del Gobierno y dijo: “el futuro está en Europa, la economía tiene que ser sostenible e inclusiva, más digital y más femenina. Yo estoy de acuerdo. Aquí el debate va a ser el cómo”, ha declarado. Dichas declaraciones son un calco con lo afirmado por el Presidente en la Casa de América. Pero, ¿Son creibles las afirmaciones de dicha ejecutiva?, ¿Existe algún sesgo de concordancia en dichas declaraciones? Hagamos un repaso al paso por su presidencia en la entidad bancaria. El 10 de septiembre del año 2014, Ana Patricia Botín, fue nombrada presidenta del Banco de Santander, con la cotización de la acción en 7,22 euros y una capitalización bursátil de 91.000 millones de euros. El viernes 4 de septiembre del año 2020, cerró con un valor la acción de 1,91 euros y una capitalización bursátil de 32.040 millones de euros. La pérdida del valor de la acción bajo su gestión ha sido del 73,55%. Por otro lado, en el año 2019 recibió 3,18 millones de euros como salario fijo y 1,14 millones de euros como aportación a su plan de pensiones. Ana Botín ganó 9,95 millones de euros en dicho año como presidenta del Banco Santander.

Lo que parece ha quedado claro tras la reunión en la Casa de América, es que la fusión de la tercera y cuarta entidad financiera de este país, ha sido una sorpresa y una demostración de poder para todos los presidentes del Ibex-35, máxime si tenemos en cuenta, que el pequeño es el que se hace con el grande si miramos quien presidirá la entidad resultante. Si a esto unimos que el resto de entidades atraviesan una situación precaria si miramos su capitalización bursátil, beneficio, o rentabilidad, la acción de dar el pistoletazo de salida a dichos movimientos corporativos ha puesto de relieve que el Gobierno y la Comisión Europea son los verdaderos jueces de dichas fusiones, ya que las mismas tienen que tener la aprobación de ambos, además de dejar claro que para la Comisión él único interlocutor válido en este tipo de operaciones corporativas es el Gobierno.  El modelo bancario español viene peleando con tipos de interés al 0% desde hace ya años, lo cual hace difícil su rentabilidad del negocio. Si a esto sumamos la amenaza que supone la entrada en dicho sector de los gigantes de Internet, (Alphabet, Facebook, Amazon o Apple), la amenaza que se cierne sobre dichos bancos es cuando menos preocupante.

Ante los hechos descritos anteriormente, la presidenta del Banco de Santander tiene muy pocas bazas para hacer valer su gestión al frente de su compañía, si vemos el resultado de la misma. A todo lo anterior, se junta además la multitud de litigios que tiene actualmente el banco que podrían suponer unos 30.000 millones de euros de pérdidas https://bit.ly/2Qz9tz8, casos como por ejemplo; la compra del Popular, Andrea Orcel, litigios en el mercado brasileño, en el mercado de Gran Bretaña tiene los seguros PPI, etc. Sin embargo, teniendo en cuenta que el valor que tenían esos títulos de los grandes accionistas del Santander en septiembre de 2014, fecha en que se produjo el nombramiento de Ana Patricia Botín tras la inesperada muerte de su padre, el valor bursátil era de 99.571.747.220 millones de euros, sorprende que aún sigan manteniendo su apoyo a la actual presidenta y a todo su equipo gestor. En cualquier empresa del mundo, si los grandes accionistas hubieran perdido más de 80.000 millones, como es el caso, y eliminando la cantidad de aquellos que, a través de grandes gestores de cartera, entraran en las últimas ampliaciones de capital, la presidenta y todo su equipo ya habrían sido cesados de sus cargos. Sin embargo, en el Santander no ocurre así y eso es algo cuando menos curioso. https://bit.ly/2FdnP5z Ante dicho desbarajuste bursátil, el Banco de Santander necesita de una gran operación corporativa para recuperar la confianza de unos máximos accionistas que, de momento, están protegiéndola pero que, en cualquier momento, pueden cambiar de estrategia. https://bit.ly/3hZMo4C Entonces cabe preguntarse, ¿Las afirmaciones de Botín sobre el "ajedercista" (Sanchez) son una pose para esconder su debilidad o tiene empatía con el mismo?  Obviamente no, si nos atenemos a lo que hace y dice, ya que no existe concordancia. Sin ir más lejos hace unos días se publicó en la prensa la siguiente noticia, “Botín renueva la flota del Santander y compra un jet privado por 46 millones”, en el desarrollo de la noticia se dice lo siguiente, “por tanto, podrían convivir dos 'jets privados' puesto que no consta (de momento) que el banco opte por la venta de su vieja aeronave para abaratar la operación, como sí hizo con el Bombardier Global Express en 2016. De hecho, Certidesa arroja pérdidas de más de 20 millones de euros desde que Ana Botín accediera al cargo de presidenta en septiembre de 2014 debido, principalmente, a la amortización de este tipo de activos y a los altos gastos que lleva aparejados” https://bit.ly/33i42L1  Son acciones como esta, que van claramente en contra  del mensaje que dirigió el Presidente en la Casa de América al auditorio y los ciudadanos, cuando dijo lo siguiente,  “si se quiere que la legislatura, además de estable, sea "fecunda", dependerá de "muchos". "Nadie puede beneficiarse del daño colectivo", apremió. Más aún: "Nadie tiene derecho a no arrimar el hombro porque tenga una ideología contraria al Gobierno de turno, una identidad distinta o unos intereses opuestos".

Para terminar, decir que todos somos algo conversos, pero luego están los conversos duros: quienes abrazan con fervor lo que antes odiaron, o viceversa. Quizás el rasgo más definitivo del converso es su necesidad de aferrarse a una causa y convertirla en el centro de la vida. Y, por ello, tiende a tener una visión de la vida absolutamente polarizada, que no divide a la sociedad en términos de socios y adversarios, sino de amigos y enemigos (esta división fue propuesta por Carl Schmitt, un teórico del nazismo que también ha tenido un extraño renacer entre los populistas de izquierda, además, por supuesto, de los de derecha). Para los adictos a su causa, sea una o la contraria, no hay mayor placer que el enfrentamiento, y el converso siempre puede hacer gala de su superioridad moral diciendo que conoce mejor que nadie los defectos y maldades del otro bando, porque lo conoce por dentro. Pero es en la política y en el ámbito económico donde los estragos son más catastróficos, porque convierten el debate en una especie de asunto teológico, donde lo importante es la supervivencia del estatus que uno disfruta.  No hay nada de malo en cambiar de opinión, uno lo puede hacer de manera práctica cuando comprueba el error en él que está, la persona debe tener firmeza en muy pocas cosas, y ser muy flexible en todas las demás: cuando las circunstancias cambian, como dicen que dijo Keynes, ¿acaso no es mejor cambiar de opinión?... Lo malo es cuando se cambia de opinión como una veleta dependiendo de donde venga el viento, como nuestra protagonista del post.

Ya lo dijo Mahatma Gandhi: “El entusiasmo de un converso hacia su nueva religión, es mayor que el de la persona que nació en esa fe”.


 

 

 

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