martes, 21 de septiembre de 2021

LA TV UN PROBLEMA EN TELEFÓNICA AL QUE SU PRESIDENTE SE AGARRA... COMO A UN CLAVO ARDIENDO

 

Hungría siglo XI (era de los ciegos), en dicha época tuvo lugar desórdenes públicos. Esta época fue propensa al desorden, a los robos, a las invasiones extranjeras, al caos más absoluto. La manera que inventaron para abordar dicha situación de violencia y delincuencia la implantación de mano dura, “solucionar violencia con violencia es como apagar fuegos echando gasolina”. Las penas, para los ladrones, por poner un ejemplo, iban desde mutilaciones diversas a directamente ser colgados. Pero había una manera de salvarse, entrar en una iglesia y pedir ese juicio de Dios, consistente en sostener una barra de hierro al rojo vivo, si no te quemabas eras inocente, obviamente no consta ningún caso en el que el resultado fuera ese. Normalmente quien solicitaba dicho juicio evitaba por unos momentos que las huestes de torturadores abordaran su linchamiento y acabaran con él.

Hoy la prensa nos vuelve a poner negro sobre blanco el grave problema que tiene la división española de Telefónica con la noticia, “Telefónica explora una alianza internacional por el desplome de Movistar y del fútbol” https://bit.ly/39nF0gN En la misma se nos informa que el presidente de la operadora ha decidido buscar una solución al problema continuado de Movistar+,  que en los últimos 12 meses ha perdido cerca de medio millón de clientes y ya no ejerce de gancho para las ofertas de Telefónica denominadas Fusión: wifi, telefonía y televisión. Según han confirmado fuentes próximas a la operadora de telecomunicaciones, el presidente del grupo ha comenzado a explorar alianzas internacionales para rescatar la división audiovisual, que en breve perderá el monopolio de su principal gancho comercial, el fútbol, si LaLiga cede parte de la competición a Amazon o Dazn. Según estas fuentes, Telefónica está analizando varias alternativas ante el riesgo evidente de que el fútbol ya no se vea en exclusiva por Movistar+ si el presidente de la LaLiga Javier Tebas abre la subasta de los derechos de la Primera y la Segunda División a las plataformas de 'streaming' para las próximas cinco temporadas, como ya ha comunicado extraoficialmente a las partes. El modelo de explotación puesto en práctica por la operadora ha resultado letal para la LaLiga, que ha visto cómo 1,5 millones de usuarios han dejado de ver el fútbol por televisión (ahora apenas hay 2,5 millones de clientes), tiene previsto hacer público el próximo mes de octubre los pliegos del contrato para elegir en noviembre al ganador de la puja que se quedará con las campañas que van desde la 2022-23 hasta la 2027-28.

En Telefónica se sigue pensando apostar por dicho contenido, para ello piensa presentar una oferta económica a la baja a los 1.000 millones de euros que actualmente le está costando dicho contenido por temporada. La irrupción de los OTTs como Amazon y posiblemente Dazn, como ya ha ocurrido en Inglaterra y Francia con sus respectivas ligas de fútbol, se da por hecha. La duda es saber cuántas serán las jornadas que se quedarán, para la operadora el gigante de comercio electrónico (Amazon) junto con Netflix están siendo su principal rival de series y películas, mientras que la plataforma propiedad del multimillonario Len Blavatnik, el hombre más rico del Reino Unido, le ha robado competiciones de baloncesto, como la Euroliga, así como la Premier League británica y los principales campeonatos mundiales de motociclismo. Con el fin de remediar dicha precariedad con la que compite Telefónica en el mercado de TV, en enero llegó a un acuerdo con Dazn para que esta aplicación se incluyese en la oferta de Movistar+ para que los clientes de la operadora pudieran seguir teniendo acceso a la liga británica y a los grandes premios de Moto GP, al tiempo que la plataforma del inversor de origen ucraniano y con doble nacionalidad estadounidense y británica compartía la Fórmula 1 propiedad de la española. Un pacto que ahora está siendo investigado por la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (CNMC) y que no resuelve el problema de fondo de Movistar+, que ha pasado de tener unos 4,2 millones de clientes a apenas 3,7 millones. El diario nos dice que la preocupación es tal que el presidente ha pedido hasta un informe sobre cuánto cuesta y qué audiencia tiene cada programa o serie que se ofrece en su televisión, especialmente en sus canales #0 y #Vamos, los de producción propia. El presidente tiene claro que tiene que poner remedio a la división audiovisual ante la dificultad de competir con la caja de Netflix y Amazon, con millones de dólares en la caja, y la creciente preocupación de los inversores sobre Telefónica España. En la última reunión para explicar los resultados del primer trimestre del 'holding', la mitad de los analistas (Credit Suisse, Bank of America y Citi) le preguntaron por el negocio local y el ARPU o margen, que depende principalmente del fútbol. Para remediar dicha situación se busca un caballero blanco con el fin de que aporte musculo de cara a los próximos meses con el fin de levantar tanto la cartera de clientes como los gastos que cuesta estar en dicho negocio. Dos son los nombres que se ponen encima de la mesa, Vivendi y Comcast. Con el primero se comparte accionariado en Prisa, con el segundo no hay ninguna asociación en ningún negocio. Según fuentes próximas a Telefónica, admiten que se está trabajando en varias alternativas para estar preparados ante la pérdida esperada del monopolio del fútbol. Pero declinan hacer ningún comentario sobre cualquier alianza con Vivendi, propietario de Canal+, que también se quedó sin los derechos de la liga francesa en favor de Amazon para esta misma temporada. La compañía francesa a diferencia de Telefónica dispone de Studiocanal, con un catálogo de 7.000 películas y series, y es accionista de Banijay (32,5%), una de las grandes productoras internacionales. Por último, también cuenta con Havas, una de las mayores empresas de publicidad de Europa. 


Las dos noticias nos ponen en antecedentes de cuál es la situación real por la que atraviesa la operadora, la estrategia adoptada por el actual equipo directivo de ligar el futuro de su negocio a un negocio como el fútbol, donde compiten players con una fortaleza económica y masa de clientes muy superior a la vez que tienen su retaguardia bien segura por disponer de un negocio “core” inexpugnable como es Amazon o Netflix, ha conducido a la operadora a un callejón sin salida. Para hacer frente a dicha situación, el equipo directivo vuelve a equivocarse al emprender el camino fácil de vender activos para posteriormente pagar un alquiler por su utilización (leasing-back). Un ejemplo, el otro día un diario decía lo siguiente: “A partir de ahora, Telefónica deberá pagar por tener acceso a esas torres de telecomunicaciones para prestar sus servicios de conectividad en España y Latinoamérica en una suerte de 'leasing' como ya hace Cellnex con muchas de las grandes operadoras europeas. ¿Cuánto supondrá ese desembolso anualmente? Según confirmó el pasado mes de agosto a sus inversores, ATC espera ingresar más de 380 millones de dólares (más de 325 millones de euros al cambio) a través del contrato con Telxius”  https://bit.ly/3lIp26P  La estrategia de hipotecar el futuro de los ingresos al tener que pagar por la utilización de la infraestructura para la explotación, tiene un recorrido muy corto para los diferentes stakeholders de la operadora en cuanto a la generación de valor. Esa gestión enraizada en el principio del autocanibalismo de los activos de la operadora, es un camino que llevará a su propia muerte.  La red de fibra óptica (FTTH) de nuestro país al igual que la red de emplazamientos de Telxius para soportar los servicios de telefonía móvil 5G, son dos activos estratégicos fundamentales en el desarrollo de la cuarta revolución industrial para España. El gobierno español no debería perder de vista dicha realidad como hacen franceses y alemanes con sus operadoras incumbentes. Solo aquel que olvida el pasado comete los mismos errores en el futuro volviendo a padecer las mismas calamidades y sufrimientos. El eufemismo empleado por el presidente de la operadora frecuentemente, para remarcar que el operador tiene por delante muchas opciones para cristalizar el valor de sus infraestructuras, que son “tremendamente relevantes y cada vez más valiosas”, y la compañía las va a explorar  https://bit.ly/3hSgpoR es algo que debería hacer reaccionar a algún actor que se mueve entre bambalinas.


La salida a la situación actual la vengo diciendo hace mucho tiempo, pasa por volcarse en la I+D como hacen los OTTs, con un enfoque Top-down y Bottom-up, los mismos juegan un papel crucial con el fin de desarrollar nuevos escenarios donde la operadora tiene y debe de estar en esta revolución, con el fin de capturar las oportunidades que ofrece de la digitalización. Para ello hay que volver a contar con ingenieros propios en la cadena de “core” con el fin de no perder el control del servicio como ha hecho Boeing con la fabricación de sus aviones y que tan duro está pagando por cometer dicho error. Los costes no pueden ser la brújula que marque el rumbo de la compañía con el fin de pagar el dividendo. En los últimos 25 años dicha estrategia lo único que ha ofrecido son eficiencias que nos han alejado de la digitalización en cuanto a no perder dicho tren. Hoy las compañías de telecomunicaciones son floreros en esta revolución en la que estamos inmersos, en los rankings que año tras año publica la Comisión Europea https://bit.ly/34Th82X vemos como en los primeros puestos de inversión en I+D están los OTTs y no las telecos. Dicho hecho, confirma el languidecer que arrastran, esta situación debería hacer pensar y reflexionar a los stakeholders de dichas compañías, ¿algo estarán haciendo bien para tener dicho éxito?  Para corroborar todo esto que digo hoy el banco americano JP Morgan, ha reiterado su consejo de 'infraponderar' y su precio objetivo de 3,70 euros https://bit.ly/3CpyJOa Para dicha entidad, "nos cuesta ser más positivos", afirman. Así, explican que siguen cautelosos respecto a las perspectivas competitivas en España y consideran que tanto el apalancamiento como la valoración están "muy ajustados". "Nos preocupa que la relación riesgo-recompensa en 2022 esté sesgada a la baja, por lo que seguimos infraponderando”. Para dicha entidad la cuestión de fútbol, “En caso de que Telefónica pierda la exclusividad de La Liga, esto puede llevar a una convergencia del ARPU (ingresos medios al mes de unos 90 euros frente a los 60 euros de sus competidores), la cuota de mercado y las presiones de los ingresos mayoristas, con un ahorro de costes de contenidos que probablemente no se compensará. Un escenario positivo sería que Telefónica negociara con éxito la deflación del coste de los contenidos de La Liga", explica la entidad”.

Para terminar el post, hay que decir que el clavo ardiendo de la TV ha sido un factor más que ha conducido a la operadora a la situación en la que se encuentra, pero no es el único problema que tiene encima de la mesa. Su deuda, su cada vez más difícil papel en algunos de los mercados en los que está presente como es el español unido a el papel secundario en la digitalización… Ha llevado a que su presidente se haya cogido a un clavo que como al principio del post, con la nula esperanza de que no se va a salvar de quemarse.

Ya lo dijo Bernard-Henri Lévy: “Luchar por la supervivencia a cualquier precio es algo indigno. Acaba con nuestros últimos restos de civilización y nos convierte en algo peor que las bestias”.

 


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