domingo, 26 de septiembre de 2021

RABIA Y TRISTEZA POR LAS CIFRAS DE ESPAÑA EN I+D EN EL AÑO 2020

 

Un día de verano muy caluroso iba la tristeza por un camino. A un lado vio que había un lago y decidió bañarse para sacarse de encima la sensación de calor. Dejó sus ropas junto a éste y se metió en el agua. La casualidad quiso que la rabia pasara justo en ese momento por ahí. Viendo tan a gustito a la tristeza nadando, decidió darse un baño ella también. Por ello, dejó sus vestidos al lado de los de la tristeza. Estaban las dos en el agua disfrutando del momento, cuando unos truenos empezaron a sonar y unos relámpagos aparecieron en el cielo.”- ¡Vaya tormenta se avecina! - dijo la tristeza-. Me voy a ir corriendo. No me gustaría que me pillara en el camino.” “Creo que voy a hacer lo mismo”, respondió la rabia.

Las dos salieron precipitadamente, tomaron sus ropas corriendo y se fueron en direcciones opuestas. La tristeza empezó a vestirse mientras caminaba. “Esta no es mi vestimenta. He cogido el ropaje de la rabia” se percató. Lo mismo le sucedió a la rabia. Y desde entonces, cuando uno se encuentra con la rabia, debajo está la tristeza. Y cuando uno se encuentra con la tristeza en realidad habla con la rabia.

En España, la inversión I+D es una de las grandes lacras de nuestra economía tanto en la parte pública como en la privada. Las estadísticas de inversión pública en I+D muestran que España ha sido un país singular en Europa en la última década, ya que se ha dedicado a recortar una buena parte del gasto en dicha variable. Así lo evidencia la estadística GBARD que elabora anualmente Eurostat como uno de los indicadores importantes del nivel de desarrollo de los países. En concreto, lo que analiza son los presupuestos de las distintas administraciones públicas de los países europeos para hacer un seguimiento de la inversión en I+D. En el caso de España, el presupuesto destinado a inversión pública en I+D fue de 144,2 euros por habitante en el año 2020. Esta cifra es un 36% inferior al promedio de la Unión Europea de los 27, que en 2020 se situó en 225,3 euros por habitante. Si se compara con los países que encabezan dicho ranking del continente, los datos son mucho peores. Alemania destina un presupuesto de 443 euros por habitante, más del triple que España. El problema para España no es el gran agujero existente con los países punteros de Europa, sino la evolución de su inversión en los últimos años. Esta partida ha sido una de las más castigadas con los recortes posteriores a la burbuja inmobiliaria, hasta el punto de que en la última década la inversión por habitante ha caído un 19%. Se trata del peor dato de toda la UE y, como señala Eurostat, una situación excepcional. Solo hay cinco países en la eurozona que han reducido su inversión en I+D.

Los mayores recortes se produjeron entre los años 2010 a 2013, coincidiendo con la gran crisis del euro del año 2008. Durante esos años la inversión pública por habitante en I+D sufrió un desplome del 35%. Esto supuso que se eliminase uno de cada tres euros en inversión. Desde entonces se ha producido una leve recuperación de la inversión, que en siete años de intenso crecimiento económico apenas aumentó un 18%. Esto apenas significó un avance de un 2% anual. Esta situación explica que, en el año del estallido de la crisis económica, los presupuestos de España contemplasen un volumen de inversión en I+D muy inferior al de los socios europeos. Francia es otro de los grandes países de la UE en la que la ratio de inversión en I+D se ha reducido, sin embargo, venía de unos niveles mucho más elevados y el recorte ha sido menor, del 7%. En consecuencia, Francia mantiene un gasto que es casi el doble que el de España en esta partida.

En cuanto al sector privado la situación no está mejor, ya que, si bien no ha hecho los ajustes qué si ha hecho el sector público, el gasto tampoco ha crecido. Hasta el año 2019, último ejercicio disponible, la inversión en I+D de las empresas se mantuvo estable en el 0,7% del PIB, mientras que la inversión pública pasaba del 0,27% al 0,21%. Sin embargo, eso no significa que los datos sean mejores. Si en el año 2010 la I+D empresarial de la Unión Europea era un 74% superior a la española, en el año 2019 era ya un 109% superior. Esto es, las empresas invierten más del doble que España, medido como porcentaje de PIB. Se trata, por tanto, de un déficit inversor que explica muchos de los problemas de España, desde el escaso valor añadido de su economía hasta la ausencia de empresas líderes en tecnología. Un ejemplo de esto lo tenemos por ejemplo en Telefónica, su inversión en I+D en al año 2020 según la UE fue de 866 millones de euros, lejos de los gigantes de la digitalización  https://bit.ly/34Th82X  Las 14 empresas españolas que aparecen en dicho ranking europeo invirtieron en su conjunto en él año 2020 en I+D 4.700 millones de euros. Esto representa el 20,29% de lo que invirtió Alphabet (Google) que, en dicho año, que fueron 23.160 millones de euros.  La falta de incentivos y una política que incentive la inversión en I+D, explica la elevada dependencia de empresas multinacionales que se han instalado en España buscando costes de producción bajos en comparación con los países punteros.

Datos del Ranking Europeo de las 2.500 compañias que más invirtieron en I+D en el año 2020

España muestra cierta carencia en la inversión en I+D en todos los sectores económicos, siendo las empresas privadas las que presentan un mayor gap o distancia respecto a la media europea. Según los datos Eurostat se puede ver que la inversión en I+D en España sigue una tendencia creciente en los últimos años, pero insuficiente para recortar distancia con la zona euro. Los datos de 2019 revelan un crecimiento del gasto en I+D del 4,2% interanual, casi dos puntos menos que en los dos años anteriores. El gasto equivale al 1,25% del PIB, unos 15.572 millones de euros de gasto en I+D en 2019, y está todavía muy lejos del 2,2% de la media europea. Una de las claves está la distribución de este gasto equivalente al 1,25% del PIB. Desde el organismo Fedea explican que en España el gasto se reparte casi a partes iguales entre el sector público y el privado, algo que continúa siendo anormal entre los países europeos y más cuando se compara con Japón o Corea del Sur, donde el sector privado ejecuta al menos dos tercios del total del gasto del país. La I+D se suele dividir entre empresas privadas, sector público y educación superior (universidades, colegios de tecnología y otros institutos de educación postsecundaria). Según los datos de Eurostat, el gasto en I+D del sector público español equivale al 0,21% del PIB, frente al 0,28% de la media de la zona euro. Es decir, el gasto en I+D del sector público español es un 33% inferior al de la zona euro. Pese a todo hay países europeos como Irlanda, Dinamarca, Italia o Portugal en los que el gasto en I+D público es inferior al de España en este sector. En el ámbito de la educación superior, el gasto en I+D es del 0,33% del PIB, frente al 0,46% de la zona euro, gastamos un 39% menos que la zona euro. En este sector pocos países invierten tan poco como España, al menos cuando se analizan economías con una renta per cápita similar o superior. Solo Italia, Irlanda o Luxemburgo muestran un gasto igual o inferior al de España. Sin embargo, el gran hándicap de la economía española de la I+D está en el sector privado, debido a la baja inversión de las empresas en innovación y desarrollo. Desde Fedea explican que la I+D empresarial española resiste muy mal las comparaciones internacionales. Los 8.741 millones de euros que gastaron las empresas en I+D en el 2020 supone solamente el 0,7% del PIB, mientras que en la zona euro la media es del 1,48% del PIB, Alemania este porcentaje es el 2,15% y en Francia el 1,44%. Las empresas españolas gastan un 53% menos en I+D que la media de la zona euro. En otro orden de cosas, las compañías españolas que ejecutaron I+D en el año 2019 en total 11.096, de las cuales 10.006 ocupaban a menos de 250 empleados (pymes) y 1.090 eran grandes. Pero de estas empresas solo 8.477 declaraban realizar I+D de forma continua y se distribuían en 3.920 para el sector industrial y 4.557 para el sector de servicios.

Las compañías pequeñas suelen tener menos margen para el gasto en I+D, no generan suficientes ingresos para invertir en esta partida, por lo que son las empresas grandes las que suelen llevar el peso del I+D en casi todos los países. Antes de la pandemia, en España el 94,5% de las empresas son micro (menos de diez empleados) y ocupan al 40,8% de los trabajadores, mientras que el 4,8% son pequeñas (entre 10 y 49 empleados) y ocupan al 19,6% de los empleados, el 0,6% son medianas, dando empleo al 13,5% y el 0,1% son grandes (más de 250 empleados) y dan trabajo al 26,1% de los ocupados. En países como Alemania, Dinamarca, Austria, Países Bajos o Finlandia, estas firmas de más de 250 empleados emplean alrededor del 35% de los ocupados, casi diez puntos porcentuales más que en España. Igualmente, en todos estos países las empresas medianas tienen un peso muy superior al de España. La economía española es intensiva en sectores como la hostelería, el turismo y otras ramas del sector servicios que presentan un bajo valor añadido. Se puede hacer un arquetipo con el siguiente ejemplo: aunque un bar o un hotel logren unos ingresos importantes, las opciones para invertir en I+D serán casi siempre más limitadas que en una fábrica de chips o en una de coches, por ejemplo  https://bit.ly/3D2uEzV

Los estudios realizados por BBVA Research revelan que si España tuviera una distribución por tamaño como la que presentan las empresas alemanas, la inversión en I+D sería más del doble que la actual. Por su parte, la composición sectorial solo explicaría un 12% de la brecha en I+D con respecto a Alemania, frente al 33% causado por el tamaño empresarial. Si el tejido empresarial español gastase en I+D una cifra similar a la media de la zona euro, el gasto total rozaría el 2% del PIB, reduciendo sobremanera la brecha con el resto de la zona euro. Una parte del problema de dicha situación proviene de una clase directiva empresarial que no ve el valor de la I+D, siendo mas proclives a comprar la tecnología en lugar de buscar la creatividad dentro de las plantillas de sus compañías. El Gobierno español quiere promover un acuerdo nacional por la ciencia y la innovación y propone que la financiación pública en I+D, excluyendo partidas financieras, aumente regularmente de forma que alcance el 1,25% del PIB en 2030, lo que supondrá llegar al 0,75% antes de 2024. Así lo recoge el documento 'Pacto por la Ciencia y la Innovación' del Ministerio de Ciencia, en el que se aboga por reforzar, "en la misma proporción, las políticas públicas de transferencia de conocimiento y de innovación empresarial, con especial atención" a las pequeñas y medianas empresas (pymes). Además, apuesta por que, en caso de reducción del gasto público, que la financiación en I+D "no se reduzca en valor absoluto". El documento, recogido por Europa Press, propone que la Agencia Estatal de Investigación (AEI), el Instituto de Salud Carlos III y el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) "dispongan de los recursos y autonomía necesarios para asegurar que su excelencia científica e innovadora".

En octubre del 2020 el Banco de España publicó los datos de la deuda de nuestro país, la deuda de la economía española, sumada la pública y la privada, alcanza el 251,3% del Producto Interior Bruto (PIB) y supera ya los niveles de la crisis financiera del año 2008. La deuda consolidada de las sociedades no financieras representó un 80,6% del PIB -si se incluye la deuda interempresarial, la ratio sería un 102,7%. Para salir de dicho circulo destructivo la I+D es quizás la piedra angular que puede reportar una salida fuerte de la crisis para la sociedad y ciudadanía española, triste es que las personas que están al frente de las compañías que hacen de ancla de nuestro país, no perciban el valor de dicha situación  https://bit.ly/3m3572q

Para terminar el post, hay que decir que lo que vemos hoy en este post es un hecho que viene repitiendo la Fundación COTEC año tras año, sin que nadie se ponga rojo. Quizás hemos llegado a una situación, que salvo que venga una catarsis de personas nada será posible cambiar… Para desgracia de la ciudadanía española.

Ya lo dijo Soren Kierkegaard: “Arriesgarse es perder momentáneamente el equilibrio. No arriesgarse es perderse a uno mismo”.

 

 

 

 

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