jueves, 16 de septiembre de 2021

TSUNAMI EN TELEFÓNICA, ORANGE Y VODAFONE EN LOS OCHO PRIMEROS MESES DEL AÑO 2021

 

Los festivales de cine son grandes celebraciones del séptimo arte. Más allá de las cámaras y alfombras rojas los festivales, son una palanca de producción, implementación y distribución del universo audiovisual. Son la escalera por la que suben los actores, guionistas, directores y todas las personas que le dedican su vida a esta pasión. Abren puertas y son la primera oportunidad para mostrar el nuevo talento y creatividad al mundo entero, mientras que también generan un impacto económico importante en las ciudades anfitrionas y en el desarrollo local. Ni que decir tiene, que los festivales como el de Cannes, Venecia o los célebres premios Oscar de Hollywood, son pasarela para que los buenos actores luzcan palmito ante el mundo entero por sus obras.

Las grandes operadoras del mercado español han perdido 630.000 líneas móviles en los ocho primeros meses del año 2021, los mismos han ido a parar a rivales más pequeños o OMVs. Esta cifra sirve de termómetro para evaluar la temperatura del mercado español de las telecomunicaciones. Los 'robos' de clientes que han sufrido las tres grandes operadoras -Telefónica, Vodafone y Orange- son el resultado de la fuerte competencia de Masmóvil y Digi y la gran presión del segmento “low cost”. Movistar es la más perjudicada en esta sangría mientras entre las cúpulas directivas del trío dominante se agarran a la consolidación del mercado como única salida para sortear lo que está sucediendo. El terreno de la portabilidad ya viene abonado desde hace tiempo, en el año 2020 pese a estar marcado por las restricciones de la pandemia del coronavirus y el parón de las portabilidades -se prohibieron durante el confinamiento-, fue especialmente grave en cuanto a pérdida de clientes para Telefónica y Orange. Entre los dos sumaron casi 690.000 líneas perdidas, con los franceses con una cifra récord superior a los 416.000, según los datos definitivos aportados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Eso fue lo que propició el cambio de CEO en la división de Orange en nuestro país en el año 2020, sustituyendo a Laurent Paillassot por Jean François Fallacher- que venía de la división polaca. Su primera medida en el verano pasado fue potenciar el “low cost” para reducir la sangría comercial, sin embargo, el año 2021 no está siendo ningún camino de rosas para el trio dominante. En los ocho primeros meses de este año Movistar ha intensificado el rojo perdiendo 340.000 líneas netas que se pasaron a otros rivales. Orange ha reducido a menos de la mitad la pérdida hasta las 156.000 líneas, mientras que Vodafone ha empeorado el comportamiento hasta situarse en las 136.000 líneas. Pero más allá de las marcas, la tendencia es prácticamente idéntica en los números grandes: los operadores 'incumbentes', que concentran una parte importante de la inversión en el sector, han vuelto a tener un saldo negativo conjunto superior a las 600.000. Todos estos números incluyen no sólo las primeras marcas cabecera de los grupos -Movistar, Orange, Vodafone, Yoigo, Euskaltel- sino también las de las segundas marcas para segmentos de medio y bajo coste como son O2, Jazztel, Amena, Lowi, Másmóvil, Virgin... El cambio de sentido del mercado hacia el “low cost” se consolida de una forma consistente. El cliente enmarcado en este tipo de productos es menos fiel, sin apenas permanencia y con una mayor movilidad y sensibilidad al precio. Hay que tener en cuenta que el precio es la variable que más pondera en las causas de portabilidad, lo hace en un 70%. El coronavirus ha acentuado dicha tendencia en parte debido a la crisis económica que sacude a la economía española.

La portabilidad en España está referenciada única y exclusivamente, no a la captura de nuevos clientes, sino que la misma viene determinada de la capacidad que tengan para robar clientes a los rivales. Es importante este detalle porque una pérdida neta muy elevada implica, en muchos casos, una 'tasa de abandono' (churn) alto y también un incremento de los costes (y rebaja de los márgenes de beneficio) para tratar de captar nuevos clientes en las filas competidoras, en numerosos casos, a base de precio y descuentos. Este circulo vicioso es el que sirve de terreno de juego para las operadoras en el mercado español. Hay dos grupos que se mueven como “pez en el agua” en dicho escenario, son Masmóvil y Digi. Masmóvil junto a Euskaltel suma casi 258.000 nuevos clientes netos en el cómputo de ganancia. Por su parte el operador rumano Digi acumula más de 221.000 líneas de ganancia, quedando 150.000 líneas a repartir entre operadores móviles virtuales regionales y locales. La gran duda es si el mercado va a cambiar dicha tendencia, en principio hay que decir que esto no va a cambiar puesto que el gran problema que tienen los tres grandes es que no han sido capaces de capturar nada de valor de la digitalización fuera de la conectividad. Un ejemplo de ello lo hemos visto estos días con Digi, su ultima propuesta vuelve a poner negro sobre blanco cual será la tendencia del mercado, su última oferta de fibra de hasta 10 'gigas' de velocidad por 30 euros. Lo ofrecerá, al menos por ahora, en Madrid, pero es otra sacudida al mercado. El operador rumano está siendo la más agresiva en precios y tiene gasolina para seguir adelante ya que ella fía su crecimiento a márgenes menores que los grandes operadores al tener menos gastos por estructura. A finales del mes de julio, tal y como explicó en su reporte semestral, firmó un crédito sindicado liderado por Banco Santander para una duración de tres años y medio con la posibilidad de extenderlo hasta 5 años por importe de 132 millones de euros, que será destinado a "diferentes usos, incluido Capex". 

Otro ejemplo de lo que está sucediendo en el mercado español y del cual yo ya hablé en este blog sobre la importancia de la infraestructura de las eléctricas por su gran capilaridad, lo hemos visto en la prensa en la siguiente noticia, “Telefónica llega a un acuerdo con Adamo: Movistar utilizará su fibra en zonas rurales” https://bit.ly/3hFqXI2 En la misma nos informan que gracias a dicho acuerdo Telefónica podrá acceder a los más 10.000 km de fibra óptica propia que tiene Adamo desplegados en zonas rurales de España. Esos despliegues están en más de 600 municipios españoles. El acuerdo es con Telefónica, y en principio también incluiría a O2. Adamo captó este verano 600 millones de euros de financiación para desplegar o adquirir fibra óptica en zonas rurales, y llegar así a los 3,2 millones de hogares próximamente. En 2020, el operador superó los 1,4 millones de hogares pasados con fibra óptica. El operador realiza despliegues a un ritmo de 30.000 nuevos hogares cada mes, y ya alquilaba sus redes a los cuatro operadores principales de España, así como a otros 160 operadores locales. Uno cuando lee noticias como esta, no puede por menos que sonrojarse al pensar que los 1.400 millones de euros que paga al año Telefónica por los derechos del fútbol https://bit.ly/3rj1DtA  serían un motor económico en el despegue de la mal llamada España vacía. El operador pequeño, Adamo, ha llegado a un acuerdo para desplegar por postes de la luz (hormigón) principalmente sus redes y con ello llega a multitud de clientes potenciales que de otra forma no podrían tener servicio a Internet a alta velocidad. Uno se pregunta, ¿Por qué Telefónica no ha sido capaz de llegar a acuerdos con las eléctricas y otros operadores más pequeños sí? Este es un ejemplo muy relevante de lo que está sucediendo en el mercado español con el desarrollo de las infraestructuras.

Si a hechos como los relatados le sumamos noticias como la que recogía un diario el 11 de septiembre, “Telefónica logra 10 años de luz a precio fijo con Iberdrola, Endesa y Acciona” https://bit.ly/3kjbtv7 La energía está en el foco del gobierno actualmente, el crecimiento del precio del megavatio está poniendo en jaque a consumidores e industrias de todo el país, sin embargo, lo que parece evidente es que la Unión Europea no ha dicho su última palabra en el mercado energético. Ante este hecho uno se pregunta, ¿Por qué se renuncia al autoconsumo con la instalación de paneles solares en todas las centrales del país donde se pueda realizar y se firma un contrato con una duración de 10 años que excede posiblemente la duración del mandato del actual equipo directivo? Los criterios ESG ('environmental, social and governance') para la gobernanza de la industria tratando de colaborar en todo aquello que produce un agravamiento del cambio climático y que tanto están peleando los fondos como BlackRock, no pueden ni deben ser excusa para pactar un precio por la energía, que está sujeto a un debate abierto dentro de Europa con resultado incierto.

Para terminar el post, hay que decir que aquí en nuestro país los directivos de las tres grandes operadoras españolas del mercado no desfilaran por la alfombra roja como si lo hacen los actores que presentan sus películas… Nos trataran de convencer de que todo va viento en popa, pero las cifras son las que son.

Ya lo dijo Sergio Leone: “La vida es una espera entre un examen y otro.”

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