miércoles, 7 de marzo de 2018

COMPROMISO, "MILLA EXTRA", PEDIR PERO NO DAR...MAL CAMINO PARA LOGRAR OBJETIVOS EL 2018




Ratonville estaba en problemas, treinta parejitas de ratones habían fundado la ciudad, y vivían en sus treinta preciosas casitas. Pero con el tiempo las casitas se habían ido quedando pequeñas. Acumulaban recuerdos de viajes, nacían pequeños ratoncitos y la vida discurría. Y llegaba el momento de tomar una decisión: o hacían la casa más grande, o cada uno tendría que irse a una nueva casita y empezar de cero por separado.
Pero lo de hacer la casa más grande parecía imposible. En cuanto comenzaban las obras, todo se llenaba de polvo y suciedad, no había sitio para nada, y la casa resultaba aún peor que la que tenían. Ninguna parejita de ratones era capaz de aguantar aquello por mucho tiempo, y por eso terminaban abandonando su casa en obras. Así fue como Ratonville empezó a parecer un pueblo fantasma lleno de casas vacías a medio arreglar…
Solo los locos de los Ratúnez seguían de obras. Ellos fueron de los primeros en comenzarlas y nunca las habían terminado. Es más, desde fuera, su casa parecía la peor, siempre rodeada de grúas, telas, escombros y suciedad. Tan horrible era, que sus vecinos les aconsejaban:
- Deberíais dejarlo ya y reconocer que esta casa no tiene arreglo. Con lo fácil que sería empezar cada uno en su nueva casita…

Y la verdad es que los Ratúnez estaban hartos de obras, y ni siquiera sabían si las acabarían algún día. Cuando no fallaba una cosa, fallaba la otra. Pero aquella era su casita, en la que habían vivido tantas anécdotas juntos, y no querían renunciar a ella tan fácilmente. Pronto la suya se convirtió en la única casa habitada entre tantas fantasmales casas abandonadas.
Aquella zona de la ciudad no tardó en ser olvidada, y con ella los Ratúnez. Hasta que, tiempo después, la pequeña de los Rattison alertó a todos, emocionada.
- ¿Habéis visto qué casa más increíble hay al otro lado de la colina? ¡Es la más maravillosa del mundo!
Se refería, por supuesto, a la casa de los Ratúnez, quienes por fin habían conseguido terminar las obras. Su casa era espectacular, más allá de los sueños de cualquier pareja de ratones, y los Ratúnez se veían los más felices de los habitantes de Ratonville. Llegaron a ser muy conocidos y queridos en la ciudad, pues su casa siempre tenía el sitio perfecto para cualquier fiesta o celebración.
Años más tarde, muchos comentaban la suerte de los Ratúnez por tener aquella casa. Y solo los que conocían la historia respondían:
- La verdad es que lo suyo no tuvo nada que ver con la suerte, sino con algo mucho más simple: tener confianza y paciencia para acabar lo que los demás dejamos a la mitad.
El otro día vía escuchaba en la presentación de resultados, las reflexiones del CEO de una compañía del IBEX-35, en cuanto al compromiso y "la milla extra" que tenían que recorrer sus empleados, con motivo de los grandes retos a los que se enfrentaban este 2018. Yo, que tengo el defecto de ser una persona muy meticulosa para las cosas que observo y escucho, no se me olvidan determinadas expresiones que efectúo dicho CEO, como por ejemplo; “hacer las cosas como si la compañía sea nuestra”, “ir más allá de lo esperado”, “confiar más en el de al lado”, “tenemos que empeñarnos más, ir más lejos”, “tenemos que exigirnos más, más de cada uno”, etc. Todas estas expresiones iban dirigidas en una dirección… El compromiso. 

Existen multitud de definiciones de compromiso, sin embargo todas van en la dirección de una relación indisoluble entre persona y organización a través de las metas que sirven para su crecimiento. Todos los teóricos que han definido el compromiso tienen en común una actitud positiva del individuo hacia su organización, de tal forma que se beneficie la misma de los quehaceres que tiene encomendados dicho empleado. Así pues, este compromiso refleja una implicación intelectual y emocional del trabajador con su compañía, ya que con su contribución colabora al éxito de la misma. Para lograr esto los trabajadores comprometidos comparten una serie de creencias, actitudes y valores que vistas en su conjunto reflejan el aspecto clave de la salud de la empresa. El compromiso es un atributo que requiere la implicación tanto de trabajadores como de directivos, es una carretera de doble sentido en la cual tanto unos como otros tienen que cumplir la parte que tienen encomendada con el fin satisfacer un interés mayor...LA COMPAÑÍA. Cualquier compañía que quiera sobrevivir necesita inexcusablemente  el compromiso del trabajador con las metas fijadas dentro de la misma, a nadie se le escapa ya a esta altura de la vida empresarial que existe una relación probada entre el compromiso de los trabajadores y otros aspectos clave de la compañía como son: la eficiencia, la productividad, la seguridad, la captación y retención, la satisfacción, permanencia y lealtad de los clientes; y en definitiva la rentabilidad de la empresa. El nivel y el tipo de compromiso de los empleados inciden tanto en la voluntad de permanencia como en el esfuerzo que el empleado está dispuesto a hacer para aumentar su contribución en la organización. Diferentes estudios ponen de manifiesto que las empresas con trabajadores muy comprometidos tienen una media del 29% de mayor beneficio, un 50% más de clientes leales y un 44% más de posibilidades de dar la vuelta a unos resultados negativos que las empresas con trabajadores menos involucrados / satisfechos. 


Sin embargo ese compromiso “no cae del cielo”, es algo menos prosaico y más terrenal, está relacionado con el trabajo y las actividades que se llevan a cabo dentro de las compañías por parte del equipo directivo. Este hecho, es el principal gap o desventaja que tienen estos directivos que piden esfuerzos a sus colaboradores o empleados porque saben que pueden hacer más y mejor, pero ellos no están dispuestos a hacer nada por los mismos… Como dije anteriormente esta es una carretera de doble sentido. Un indicador que los delata es el de Clima Laboral, generalmente estos que tanto piden son los que tienen un mal indicador, pero sin embargo lo omiten, ningunean y persisten en el error. La habilidad del error humano para sobrevivir es, de hecho, lo que distingue al ser humano de la naturaleza, según el filósofo ruso Alexandre Kojéve; “si ocurre que la naturaleza comete un error (una deformación animal por ejemplo), lo elimina inmediatamente (el animal muere, o por lo menos no se propaga más). Sólo los errores cometidos por los hombres duran indefinidamente y se propagan a la distancia merced al lenguaje. Se podría definir al hombre como un error que se mantiene en la existencia que persiste en la realidad. Ahora bien, puesto que el error significa desacuerdo con lo real, ya que es falso lo que es otro que lo que es, puede decirse también que el hombre que se equivoca es una Nada que destruye el Ser, o “ideal”que está presente en lo real”.



Un principio básico de las personas que recorren “la milla extra”, es que lo hacen por su motivación intrínseca con aquello que llevan a cabo. Sin embargo ese hecho de ir “más allá” de lo establecido en el cumplimiento del deber fijado, solo aparece cuando dichos empleados no ven dañada dicha motivación por acciones que suceden dentro de la propia compañía, y una de ellas es el Clima Laboral. La “milla extra” implica siempre dar o hacer más de lo que se nos pide, es un extra que muchas veces no está recogido en el acuerdo laboral que tiene el empleado con su compañía. Por norma general, en las compañías los empleados hacen justo lo que se les requiere, nada más. Sin embargo, ese extra que representa la “milla extra” es lo que marca la diferencia en aquellas compañías que triunfan por tener un buen Clima Laboral y poseer unos empleados altamente comprometidos con la compañía. Los beneficios que una compañía obtiene cuando su personal tiene este hábito son: clientes más satisfechos y fieles a la marca, empleados más comprometidos con la compañía, mayor sentido de pertenencia, recompensas inesperadas, mayores beneficios, etc. Así pues, los directivos tienen que ganarse esta ventaja en base a unas acciones que se tienen que implementar dentro de la misma. Aquí y en esta situación,  la retórica y las grandes frases no sirven de nada, solamente con hechos y acciones se consigue eso tan buscado y anhelado por dichos directivos…El compromiso.  



Quiero recordar para terminar este post, que esta compañía que preside dicho CEO, afronta vencimientos de deuda por importe de 9.500 millones de euros este 2018. Motivo más que suficiente para que se ponga las pilas y comience a valorar de forma real y con hechos su principal activo… Las personas.  Ya que como al comienzo de este post con los ratones, solo las personas que mantienen la confianza y paciencia con la misión encomendada, conseguirán dicha meta, ojo…Pero sin ignorar los errores que cometen.   



Ya lo dijo Cicerón: “Todos los hombres pueden caer en un error, pero sólo los necios perseveran en él”.

 


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