domingo, 24 de marzo de 2019

NAMING... UN PROCESO PARA TRIUNFAR CON LA COMPAÑÍA




La historia de Nike, una de las mayores marcas de ropa de deporte americana, es bastante curiosa. Phil Knight era licenciado en empresas y fanático del deporte, por lo mismo viajó a Japón a finales de los años 50 con el objetivo de conseguir la representación de zapatillas de deporte Tiger, de Onitsuka, una de las grandes firmas de Japón. Knight, se hizo pasar por representante de una importante distribuidora de calzado americana interesada en comercializar su producto al otro lado del océano. Finalmente, llegó a un acuerdo y de esta manera nacía la empresa germen de Nike: Blue Ribbon Sports. A mediados de los años 60 Knight decide cambiar de nombre a la empresa, pasándose a llamar Nike, la cual significa victoria en griego. En 1971 Nike encarga el diseño de un logo a la estudiante, Caroline Davidson, quien recibió por el diseño 35,35 dólares por la cual sería una de las marcas más conocidas del mundo. Sin embargo, no todo fue malo para Davidson debido a que 12 años después le invitaron a una cena sorpresa donde le regalaron un anillo con el símbolo de la empresa y un diamante engarzado, más un porcentaje de las acciones de Nike.


Se puede definir el “naming” como un proceso y, a la vez, un arte, que abarca todo lo relacionado con la creación de nombres de marca. El término “naming” (nombrar en inglés) se refiere a las técnicas para la creación del nombre de una marca. “Naming“ es nombrar, poner nombre a una marca. El namingrequiere un proceso de creación de identidad de la marca, para que el producto se diferencie del resto. Se puede definir al nombre de marca como un “cebo cognitivo que depende de muchos factores extralingüísticos procedentes del marketing, los cuales influyen notablemente a la hora de crear y seleccionar un nombre de marca” (fuente).
El momento en el que comenzamos con un proyecto, una nueva empresa o una startup, por ejemplo, lo primero que necesitamos es un nombre. El nombre para la marca será fundamental dentro de los elementos que nos permitirá triunfar. Esto es muy importante, puesto que existe un universo de nombres donde existen miles de posibilidades entre las que elegir, y, además, existen numerosas técnicas que nos pueden ayudar a encontrar el nombre más adecuado para la marca. De esta forma, tener clara la propuesta única de valor para la marca es clave a la hora de llevar a cabo un proceso de “naming” exitoso. En este sentido, toda marca debe tener un briefing en el que no pueden faltar cuestiones como la descripción, misión y valores de la empresa; descripción de productos o servicios a nombrar; objetivos de los productos o servicios que se van a nombrar; la propuesta única de valor ya comentada anteriormente; las características y ventajas; el público objetivo; el ámbito (local, nacional o internacional); y los competidores, entre otras cosas. Hay que tener muy claro, que la construcción de una marca es una tarea de años y esfuerzo. Por eso, los valores que dotemos a la misma evolucionarán con el tiempo, y el nombre elegido será el que los represente. Es importante considerar algunos aspectos como… El análisis de “naming” de nuestra categoría y de la categoría paralela: es necesario conocer los nombres de las marcas de nuestro sector, y salirse un poco para ver los que funcionan en sectores cercanos. Pensar en espacios de creación: con todo lo anterior queda claro lo que no queremos para nuestra marca, y, a partir de ahí, es necesario enfocarlo en diferentes espacios conceptuales que encajen con lo que la firma quiere comunicar (juventud, dinamismo, belleza, textil, salud, natural, etc.). El aspecto del nombre: en base al análisis previo, debemos pensar en la forma en la que queremos construir el nombre. Aquí entra en juego ver si queremos un nombre descriptivo (Airbus); un neologismo, un nombre en base a varios existentes, como el caso de Adidas (Adi Dassler); un nombre abstracto, construido sin ninguna referencia anterior, algo completamente nuevo; un nombre sugerente, que hable sobre algún beneficio directo (Correos Express); evocador, que utilice una base conocida para transformarla en algo nuevo (Aqualia).

En el “naming” encontramos 3 principios básicos que refuerzan esta relación:
    Fidelizar: una marca debe ser siempre portadora de unos valores y principios, y el “naming” tiene el poder de hacerlos valer y representarlos en unas cuantas letras. Y el fin no es otro que establecer un vínculo afectivo entre marca y público.
    Captar: el nombre es el primer elemento que el público percibe de la marca. Y ahí hay un poder de captación oculto. El “naming” puede tener el poder de producir efectos similares a los del popularmente llamado “call to action” (llamar a la acción).
    Posicionar: el branding de marcas busca de forma incesante posicionar su marca en la mente de los consumidores. Y para ello existen diversas técnicas, como la brevedad y la eufonía en el nombre, que pueden ser determinantes para conseguir un buen posicionamiento de marca.
El “naming” es uno de los elementos fundamentales del marketing que está abriendo muchas puertas y oportunidades estratégicas. Así, por ejemplo, destacan los ya popularmente conocidos como “naming rights”,  (  los derechos de denominación, también conocidos en idioma inglés como “naming rights”, son una transacción financiera y una técnica publicitaria con la cual una corporación u otra entidad adquiere el derecho a nombrar un recinto o un evento, generalmente, por un determinado periodo de tiempo que es una de las aportaciones más significativas del verbal branding al marketing). Con la proliferación de internet de los últimos años, una nueva rama del marketing ha irrumpido con fuerza en nuestra sociedad: el marketing digital. Actualmente una estrategia de éxito empresarial pasa obligatoriamente por tener presencia en Internet. Y los nombres de marca, en este punto, cobran más relevancia que nunca. Un buen nombre 2.0 lleva aparejado un buen posicionamiento en los buscadores. Pero para llegar a este punto, la ayuda de una consultora de “naming” y verbal branding para ayudar a inclinar la balanza hacia el éxito es vital. Y es que son muchos los factores a tener en cuenta: el ámbito legal, la internacionalización de los nombres de marca, la asociación del nombre con los productos y servicios de una empresa, la relación de identidad y el nombre….
En el momento que se inicia un proyecto, una nueva empresa o una startup, por ejemplo, lo primero que se necesita es un nombre. El nombre para la marca es fundamental dentro de los elementos que permiten triunfar. Esto es muy importante, puesto que existe un universo de nombres donde existen miles de posibilidades entre las que elegir, y, además, existen numerosas técnicas que nos pueden ayudar a encontrar el nombre más adecuado para la marca, por ejemplo un braimstorming. De esta forma, tener clara la propuesta única de valor para la marca es clave a la hora de llevar a cabo un proceso de “naming” exitoso. En este sentido, toda marca debe tener un briefing (anglicismo que hace referencia a un documento o reunión informativa que proporciona información a una entidad que lo crea o celebra), en el que no pueden faltar cuestiones como la descripción, misión y valores de la empresa; descripción de productos o servicios a nombrar; objetivos de los productos o servicios que se van a nombrar; la propuesta única de valor ya comentada anteriormente; las características y ventajas; el público objetivo; el ámbito (local, nacional o internacional); y los competidores, entre otras cosas. Hay que saber, que la construcción de una marca es una tarea de años y esfuerzo. Por eso, los valores que dotemos a la misma evolucionarán con el tiempo, y el nombre elegido será el que los represente. Es importante considerar algunos aspectos como… El análisis de “naming” de nuestra categoría y de la categoría paralela: es necesario conocer los nombres de las marcas de nuestro sector, y salirse un poco para ver los que funcionan en sectores cercanos. Pensar en espacios de creación: con todo lo anterior queda claro lo que no queremos para nuestra marca, y, a partir de ahí, es necesario enfocarlo en diferentes espacios conceptuales que encajen con lo que la firma quiere comunicar (juventud, dinamismo, belleza, textil, salud, natural, etc.). 



Crear un buen “naming” no es tarea fácil, una vez se tienen varias propuestas se deben revisar los nombres resultantes, y comprobar si están registrados para no tener problemas legales, ver su disponibilidad en los entornos digitales… Para ello, es necesario entrar en cuestiones como si es un nombre que encaja en nuestro planteamiento estratégico y creativo, y, en el caso de ser un nombre internacional, pensar en su sonoridad y significado como cuestiones importantes a tener en cuenta. Estamos ante todo un proceso de “naming” al que las marcas deben dar la importancia que se merece e invertir lo necesario para encontrar el nombre que refleje todos los valores e identidad de la marca.
La improvisación no es una buena consejera en el “naming” y en el caso de una marca comercial  lo son menos aún. Y es que el nombre de una marca debe ser el primer paso a la hora de diseñar una estrategia de branding corporativo, ya que ésta debe estructurarse desde el propio nombre. Buscar solamente nombres que suenen bien, teniendo en cuenta solo “namings” creativos sin tener en cuenta la propia identidad de la marca, es un error grave.  El nombre de una compañía es el primer sello de identidad de una compañía, su mala elección limita las posibilidades de crecimiento de la misma. Por todo ello, la elección del logotipo de Phil Knight ha sido una elección certera como ha demostrado...el  paso tiempo. 
 
Ya lo dijo Phil Knight; “Ahora entendemos que lo más importante que hacemos es crear un mercado para nuestro producto. Hemos venido diciendo que Nike es una empresa orientada al marketing, y nuestros productos son la herramienta más importante de marketing que tenemos”.

























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