martes, 9 de junio de 2020

TELEFÓNICA, REPARTO DE VALOR ASIMÉTRICO ENTRE PROPIETARIOS (ACCIONISTAS) Y DIRECTIVOS

Se cuenta que en un viejo reino había un hombre adinerado y poderoso que amaba a las gaviotas. Todas las mañanas se levantaba y miraba hacia el mar, que estaba cerca de su mansión. Se quedaba por horas, extasiado, contemplando esas aves blancas que lo maravillaban.

Un día cualquiera encontró una gaviota en la terraza. Conmocionado por el hallazgo se acercó con cuidado a ella y notó que estaba herida. Con la mayor dulzura la tomó entre sus brazos y ordenó a sus médicos que la curasen. La herida no era muy profunda y la gaviota se curó muy pronto.

Extasiado con ella, el hombre quiso agasajarla. Mandó preparar las mejores comidas para ella… Faisán, carnes exóticas, frutas deliciosas y manjares de todo tipo. Sin embargo, la gaviota no comía nada. El hombre intentaba convencerla, pero ella no accedía. Así pasaron tres días, después de lo cual la gaviota murió.

Esta es una de las fábulas chinas que nos enseñan cómo a veces el amor, en realidad, no es amor, sino egoísmo. El hombre de esta historia creyó que a la gaviota le complacería lo que le complacía a él, no lo que ella necesitaba.

Quiero empezar este post con un recordatorio al gran filósofo y “ecologista social” que fue Peter Drucker, el cual en 1973 dijo: “el único propósito válido para una empresa es la creación de clientes”. “… Los beneficios y el valor para los accionistas son el resultado de aportar valor añadido a los clientes, no son una meta por sí misma”. Siempre se ha dicho que la Junta de Accionistas es el momento de la verdad para cualquier equipo directivo que se presenta ante los dueños de la compañía a la que representan. El 7 de Junio se publicaba en un diario digital la siguiente noticia, “Telecos: cuánto ganan (y cómo) los CEO del sector más caliente de la bolsa” https://bit.ly/2UkettC En el mismo se hacía una reflexión al respecto del devenir de dichas compañías en cuanto al reparto de valor que han sufrido dichas compañías en los últimos tiempos, en el cual el valor ha sido una de las grandes damnificadas en cuanto al reparto que se ha hecho del mismo, como por ejemplo Orange, Vodafone, Deutsche Telekom, Telecom Italia o Telefónica.

     EVOLUCIÓN DE LA ACCIÓN DE TELEFÓNICA LOS ÚLTIMOS AÑOS

Las compañías que operan en el sector de las telecomunicaciones viven en un entorno con una alta competitividad cubierta por una regulación que en muchos casos es asimétrica con respecto a los nuevos oferentes que compiten en dicho mercado. Esto ha propiciado, que la fuerte competencia hiciese de los servicios que prestan dichos operadores sean netamente deflacionarios a lo largo de los años. Si a esta situación unimos la escasa inversión en I+D que realizan dichos operadores, el resultado ha sido que han perdido el tren de la digitalización frente a los OTTs, verdaderos dueños y señores de este nuevo mercado digital. Esto ha propiciado que sus mercados clásicos como la voz y los datos hayan sufrido una presión competitiva que ha reportado en los años buenos del negocio, tasas de crecimiento del 1 ó 2%, cuando los Alphabet, Microsoft, Apple, Facebook o Amazon lo hacen a tasas en algunos casos de doble digito. Esta situación de asfixiante competitividad, ha reportado un escenario donde las telecos han tenido que recurrir a la venta de activos (la mal llamada monetización) con el único fin de disponer de capital que les permita reducir un elevado endeudamiento y a la vez pagar en algunos casos dividendos con el patrimonio de la compañía que se enajena. Esta acción, condena en el futuro los ingresos que perciban dichas compañías al tener que compartir los mismos con otros actores, como fondos de inversión, los cuales tienen asegurados unos dividendos por la participación que se venden de dichos activos de forma estable y segura. Ayer hemos visto una operación de este tipo con la venta de 10.100 emplazamientos de Telefónica en Alemania por 1.500 millones de euros a la compañía Telxius, filial de la operadora en un 50,1%. El resto ya tienen otros dueños como son el fondo KKR y la sociedad inversora Pontegadea de Amancio Ortega.  En el año 2019, el beneficio bruto antes de amortizaciones (Oibda) de Telxius se situó en los 504 millones de euros, un 36,1% más en términos reportados y un 5,9% más en orgánicos, mientras que en los tres últimos meses del año fue de 132 millones de euros, un 35,5% más en términos reportados y un 5,3% más en orgánicos  https://bit.ly/3cOwPJA Con esta enajenación de patrimonio se pretende reducir la deuda financiera neta de la compañía en 500 millones de euros, de un total de 38.223 millones de euros que tenía al finalizar el primer trimestre el 2020. Este tipo de acciones ha sido una constante estos últimos años, lo cual ha servido para que tanto casas de análisis como inversores hayan visto que el crecimiento de dichas compañías se verá seriamente comprometido en el futuro al tener que compartir el valor y los beneficios de dichos activos en copropiedad con otros actores, lo cual hará disminuir dichos beneficios.

            Retribuciones de sus principales directivos, fuente: TELEFÓNICA

A la vez que esto sucedía en dichas compañías, el precio de la acción en los mercados recogía dicha situación, siendo el accionista el gran perjudicado de dichos hechos. Un ejemplo, si un accionista hubiese invertido 1.000 euros el 8 de abril del año 2016 en acciones de Telefónica, ayer por ejemplo tendría 532 euros con el cierre de dicha cotización sin tener en cuenta los dividendos pagados hasta el momento. El sector de las telecomunicaciones se ha convertido en un sector intensivo en la inversión de capital, que en muchos casos la propia tecnología no permite la amortización de unos equipos que el propio desarrollo tecnológico deja obsoletos antes de que la vida de estos concluya. Como bien recoge la noticia del comienzo, la pregunta que se hacen los inversores es, ¿Los intereses de los accionistas (dueños) están alineados con el de los directivos cuando estos últimos no recogen en sus retribuciones parte del “dolor” que si tienen los mismos? Especialmente en un momento como el actual, con una crisis económica que está haciendo temblar los cimientos del propio sistema económico, en el que desde distintos ámbitos de poder se aconseja a los ejecutivos que "compartan el dolor" y sean ejemplo para sus grupos de interés “stakeholders”, por ejemplo, empleados, proveedores y por supuesto los accionistas. Hay un párrafo clave en la noticia, que pone el dedo en la llaga con respecto a lo que está sucediendo en esa asunción de dolor económico asimétrico, es el siguiente:

“Lo más importante es que del salario total, el 38% fue fijo, es decir, como una mensualidad, y el restante 62%, variable. Y lo curioso es que, pese al mal comportamiento en bolsa, la mayoría de ellos lo cobraron en su totalidad, como sucedió con José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica. El motivo, según el análisis de los expertos en gobierno corporativo de Bank of America, es que vincularon el 'bonus' a objetivos de 'cash flow' o generación de caja, algo que este tipo de compañías tienen casi asegurado porque cobran todos los meses de los clientes. En concreto, este vector de remuneración está presente en el 80% de todos los planes de incentivos de los ejecutivos europeos de las 'telecos', frente al 40% de sus colegas americanos, donde el factor deuda y el beneficio por acción tienen un peso mayor para saber si se han ganado o no la retribución especial”.

               Inversón en I+D según la Comisión Europea en el año 2019

Decía Peter Drucker en su libro “The ecological vision. Reflections on the american condition”, la virtud que orienta el estudio de la ética en la vertiente occidental es la prudencia. La ética de la prudencia se basa en un principio rector que es la autoridad. Las acciones de ejecutivos, empresarios y trabajadores son públicas y están sujetas a ser juzgadas, analizadas, discutidas y cuestionadas. La prudencia demanda un comportamiento ejemplar de lo contrario desemboca en hipocresía, matizada esta última en elaborados y juiciosos procedimientos de relaciones públicas. Las actuaciones sujetas al juicio ético de la comunidad, son acciones de liderazgo que pueden implicar en un momento dado gran carisma, pero igualmente este carisma puede degenerar en aparición de líderes que ejercen la tiranía y se apoyan en el miedo o la propaganda https://bit.ly/3h6yCgt  apoyados en los subalternos y colaboradores necesarios como son a veces la representación social. La tiranía y los elitismos son por supuesto anti-valores que se oponen al sano ejercicio de la autoridad. Peter Drucker sostiene, sin embargo, que un enfoque bien aplicado de una ética basada en la prudencia es muy indicado dentro del mundo actual de las organizaciones.

Si bien en España se han anunciado por parte de algunas compañías como Banco Santander, BBVA, Ferrovial, Merlin Properties, Iberia, Ferrrovial, Indra, Amadeus y OHL recortes de los salarios a sus directivos, algunos yendo directamente al sueldo fijo y otros al variable, es una decisión que algunos expertos del sector consideran cosmética. En un momento como el actual donde se tendrán que articular medidas económicas dolorosas como las anunciadas por el gobierno hace unas horas https://bit.ly/2Yc6pMG, como recoge la noticia, “que determinadas compañías como Telefónica o Masmóvil tengan planes de incentivos por cerca de 200 millones de euros cada una, es una hipocresía manifiesta de eso que llaman valores y principios por los que se rige una compañía y que Peter Drucker tan acertadamente definió.

Para terminar, hay que decir que al igual que la gaviota del comienzo de este post buscaba un refugio donde cobijarse del problema que tenía, no encontró más que el egoísmo de una persona con una vision del mundo monocolor en cuanto a valores y necesidades ajenas de los seres que le rodeaban… Hasta ahora, en el mundo corporativo pasa exactamente igual con los directivos en algunas compañías de telecomunicaciones por lo que nos dicen los hechos.

Ya lo dijo Peter Drucker: "La libre empresa no puede justificarse únicamente por ser un buen negocio. Solo se puede justificar porque es buena para la sociedad".



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