sábado, 2 de junio de 2018

"FAKE NEWS" CORPORATIVAS... DECADENCIA E INCOMPETENCIA EN LA COMUNICACIÓN



Monique Leibovici es filósofa y miembro del Laboratorio de Cambio Social y Político de la Universidad París Diderot-París VII. Hace unos meses intervino en el CCCB (Centre de Cultura Contemporánia de Barcelona) en una charla sobre “Verdad y mentira en la política”, un libro de Hannah Arendt que, reeditado por Página Indómita, vive un fulgurante boom de ventas. Leibovici señaló cómo en 1971 Daniel Ellsberg, un analista militar del Pentágono, filtró al The New York Times un informe secreto que demostraba cómo un grupo de estrategas falseó datos para provocar que el presidente Johnson hubiera decidido embarcarse en la guerra de Vietnam antes del hecho que oficialmente desató la intervención: los incidentes del golfo de Tonkin en 1964. 
 
“La mentira organizada –dice la pensadora– no concierne a tal o cual hecho aislado, sino que fabrica un sustituto de la realidad que no se contenta con deformar la realidad o esconderla, sino negarla”. Es la mentira como una obligación moral. Leibovici señala cómo los asesores de Johnson mentían no para conquistar el mundo sino para ganar la batalla de imagen en una operación gigantesca de relaciones públicas, alejados en sus cálculos de toda realidad: “Para salvar a los vietnamitas del peligro comunista no dudaban en incendiarlos con napalm". 

Desde el estreno de Spotlight, la película ganadora del Oscar 2016, Martin Baron, director del diario The Washington Post, se convirtió en el periodista más solicitado del mundo. Hace unos meses en un congreso celebrado en Abraji (Brasil), unos mil periodistas que se congregaron siguieron atentamente sus reflexiones sobre el oficio y su visión acerca de las perspectivas de los medios. Para Baron, "el fenómeno de las fake news está referido a la generación y distribución deliberada de noticias falsas. No a los errores. Los periodistas cometemos errores pero tratamos de no hacerlo y de enmendarlos haciendo un mejor trabajo en la siguiente ocasión... La gente suele buscar fuentes que confirmen sus puntos de vista. En muchos casos creen en contenidos que son falsos. El problema, en una sociedad democrática que requiere el debate acerca de sus problemas, se da cuando no coincidimos sobre cuáles son los hechos sobre los que debatiremos".   

El día 25 de mayo se celebró en Gijón el XX aniversario del Club Asturiano de la Innovación, en dicho evento se programaron los siguientes actos, https://bit.ly/2LdAnYy , en dicho acto  uno de los ponentes, directivo de una compañía, afirmó que su compañía inviertía anualmente 5.900 millones de euros en I+D+i. Obviamente si uno observa el ranking de las compañías españolas que más invierten en I+D+i de este país según la consultora Strategos de Price Waterhouse del año 2017, comprobará que no existe ninguna compañía española que invierta tal cantidad de dinero como se puede ver en el siguiente gráfico.  
Si observamos dicho ranking a nivel mundial, observaremos que la diferencia con las compañías más punteras es abismal como se muestra en el siguiente gráfico. 
                                          https://bit.ly/2J5RmLG

Según el informe “Approaching the Future 2018 de Corporate Excellence” - Centre for Reputation Leadership y Canvas Estrategias Sostenibles, afirma que el 63 % de la población mundial no distingue entre verdad y rumor. En dicho informe se recoge que la caída de la confianza de gobiernos, compañías y medios de comunicación, ha ido en paralelo al aumento del peso y popularización de las redes sociales. Esto ha sido uno de los principales motivos para que hayan aumentado en el año 2017 un 365% dichas falsas noticias, “fake news”, generando graves daños tanto a instituciones como a compañías. Este hecho ha provocado un cierto desasosiego si se tiene en cuenta que un 63% de las personas reconocen no ser capaces de distinguir entre las noticias verdaderas y las falsas. Si a esto unimos que un 65% de la población recibe la información por dichas redes sociales, o a través de los clikbait (término en inglés que podemos traducir al español como ciberanzuelo, cibercebo, cebo de clics o anzuelo de clics), ha generado que la confianza en los medios de comunicación tradicionales haya disminuido desde el 64% al 22%.
Fue el filósofo Nietzsche quien definió que es la verdad, afirmó que era “una hueste en movimiento de metáforas, metonimias, antropomorfismos, en resumidas cuentas, una suma de relaciones humanas que han sido realzadas extrapoladas y adornadas poética y retóricamente y que después de un prolongado uso, un pueblo considera firmes, canónicas y vinculantes. Para David Livingstone Smith, director del Instituto de Ciencias Cognitivas y Psicología Evolutiva en la Universidad de Nueva Inglaterra en Estados Unidos, la mentira no se ciñe simplemente al hecho de decir cosas que no son verdad. También mentimos al ocultar información, o al decir algo que es verdad de manera tal que el interlocutor crea que es falso. Los humanos mienten porque es una característica básica de los seres vivos, asi mismo les permite conseguir lo que quieren mediante la manipulación y la explotación de otros individuos”. Actualmente la realidad que “venden” ciertos directivos en algunas compañías nos lleva una situación de “postverdad”, en la que los hechos objetivos como son por ejemplo los indicadores de gestión, son aminorados cuando no le son favorables en su gestión. Para ello, proyectan más las emociones y sentimientos sobre la opinión pública y los diferentes stakeholders de dicha compañía, que los indicadores de su gestión. Esta realidad, motiva y mueve a dichos directivos a volcar un considerable esfuerzo y recursos en la comunicación y su control, que en la mejora de la gestión de dicha compañía, ya que es la única forma de tienen de distraer a los diferentes stakeholders con los que interactúan (empleados, accionistas, etc.), de las carencias que atesoran a la hora de dirigir y liderar dicha compañía.  


La sociedad actual lleva unos diez años en el mundo del Social Media,  lo cual debe ser lo suficientemente valorado y tenido en consideración para cualquier persona que se somete al foco de la sociedad cuando se manifiesta públicamente.  En el mundo corporativo actual, los directivos juegan con cierta ventaja al “encontrar poco seguimiento” de las acciones que emprenden y en los indicadores que cosechan por su gestión. Sin embargo, esto no es óbice para que existan algunas personas que si siguen dicha gestión detenidamente, observando y comprobando los indicadores de lo que sucede dentro de la misma. Si esa persona es un usuario activo de ese mundo del Social Media con alguno de los instrumentos que le brinda dicho mundo como son los blogs, wiki, redes sociales, etc., las compañías tienen un serio problema con su credibilidad. La irrupción de Internet no sólo ha cambiado nuestra forma de ver el mundo, sino que ha pulverizado el concepto tradicional de empresa. Cada vez son más los clientes los que se interesan por las marcas que se vinculan con conceptos como sostenibilidad, desarrollo o respeto al medio ambiente. Y no sólo eso, sino que se valen de las redes sociales para elevar a aquellas organizaciones que se vinculan con determinados valores sociales pero, sobre todo, también para perseguir y censurar a aquellas que no lo hacen, como por ejemplo cuando no se cuenta la verdad. Aprovechar estas exigencias que impone la sociedad a las compañías no solo sirve a las mismas para mejorar su imagen de marca, sino que también sirve para aumentar su cuenta de resultados


Cualquier compañía puede influir positivamente en la sociedad con la que se relaciona si se anticipa y gestiona su relación de forma abierta, transparente y ética con sus grupos de interés (stakeholders). Si no lo hace, como hizo el presidente Johnson al principio de este post, recogerá lo mismo, la derrota y el destierro de una de la sociedad, que reprueba la… Mentira


Ya lo dijo Arthur Schopenhauer: “Toda verdad pasa por tres etapas antes de ser reconocida. En la primera es ridiculizada. En la segunda genera una violenta oposición. En la tercera resulta aceptada como si fuera algo evidente.”

 
 


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