miércoles, 25 de marzo de 2020

LA ANOSOGNOSIA DE ALGUNOS CEOs DEL IBEX-35


En la filosofía, todo parece reducirse a conocer. O, al menos, todo empieza por ahí. Con relación a la verdad, esto es evidente. Con relación al bien, ¿cómo llegar a desear algo bueno si no se conoce? Y sin conocer lo bello, ¿cómo disfrutarlo? Casi con lógica matemática, podríamos concluir que para aspirar a ser feliz hay que conocer. Y si se conoce bien, mejor aún. (Por eso los padres desean que sus hijos estudien). Ese conocer bien para alcanzar la felicidad es lo que muchos, desde muy antiguo, han llamado sabiduría. Y a la tarea de buscar esa sabiduría la han denominado filosofía. Porque significa eso: amor (filo) a la sabiduría (sofía).  Precisamente, con estas ideas comienza  el gran filósofo Aristóteles en dos de sus más famosos tratados:
-“Todos los hombres tienen naturalmente el deseo de saber.”
-“Los hombres buscan enderezar sus acciones como un arquero sus tiros para dar en el blanco, y ésta es la felicidad.”
Un filósofo, al igual que un científico, también entrevista a la realidad. Pero a toda. Y las preguntas que le hace —que se hace, porque forma parte de ella— son radicalmente importantes, comprometedoras, inquietantes, valientes: ¿existe  Dios?,¿por qué existo?, ¿qué sentido tiene la vida, el dolor, el mal y la muerte?, ¿somos libres?, ¿puedo confiar en mis sentidos?, ¿existe la verdad?, ¿qué quiere decir actuar bien?, ¿cómo ser feliz?, ¿tenemos alma?, ¿hay vida después de la muerte? En fin, ¿cuál es el origen y el destino de todo? Asimismo, cuando un filósofo responde interrogantes elabora modelos interpretativos, que resultarán ser más o menos conformes a la realidad en cuestión. La diferencia es que los modelos científicos tienen la ventajosa propiedad de ser verificables, ya sea por experimentación o por demostración matemática. En cambio, como el filósofo se enfrenta a realidades no cuantificables (¿quién puede medir la existencia, o el pensamiento, o la justicia, o el amor?), sus explicaciones no resultan obvias ni exactas. Por lo demás, no cuenta con otro instrumental aparte de su razón, que no es poco. 
Ayer la prensa recogía la siguiente noticia, “Telefónica, Inditex, Iberdrola, BBVA y Santander crean un fondo común de 150 millones de euros para comprar material sanitario que ayude a paliar la crisis del coronavirus”  https://bit.ly/2UeocC4 Vista y leída la noticia, puede parecer que algunos de los principales CEOs de grandes compañías del IBEX-35 tienen una conciencia y valores a “prueba de bomba”, sin embargo algunos de los que se mencionan en la noticia, tienen otros objetivos y...Problemas. Para el gran filósofo griego Aristóteles, todo cuerpo está constituido por materia y forma, que componen un todo único. Así, el ser humano es un compuesto de alma con forma de cuerpo, cuya principal característica es la razón. Es más dice este gran pensador, que todo aquello que se mueve es movido a su vez por una causa, y así sucesivamente. Por tanto, ha de existir algún tipo de motor en el inicio, algo que no sea movido por nadie y que sea lo que desencadene el proceso. Este primer “motor inmóvil” es lo que él filósofo relaciona con algún tipo de ser divino, responsable, además, de la unidad del mundo y del orden y las reglas que lo rigen. Para el filósofo griego, la ética es teleológica, es decir, que identifica el bien con un fin. El filósofo defiende esta idea porque entiende que cuando los hombres actúan es porque buscan alcanzar un objetivo concreto, principalmente, la felicidad en la vida, aunque no siempre si el que busca tiene otros fines más oscuros. Ya lo dijo Immanuel Kant, desde Aristóteles la lógica no ha dado un paso atrás… ni hacia delante. Por lo tanto, concluía el gran filósofo alemán, es un tema que se puede dar por concluido.
                                         https://bit.ly/2WDOP5b
Escribía el 3 de febrero en el diario Público el Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas de la Universitat Pompeu Fabra, Vicenc Navarro lo siguiente, "según una encuesta global de la compañía Edelman, el 56% de la población mundial cree que el sistema capitalista es más dañino (debido al gran sufrimiento que ha causado a la población) que beneficioso para sus intereses. Y un 50% indica que este capitalismo le ha afectado personalmente de una manera negativa. Es más, aunque el 82% de los entrevistados subraya que cree que el mundo empresarial debería pagar un salario digno, solo el 31% cree que así lo hace. Esta falta de confianza e impopularidad del mundo empresarial va acompañada de una desconfianza, incluso más acentuada, hacia las autoridades públicas (Estados y partidos gobernantes), al ser percibidas estas como excesivamente influenciadas por las élites económicas y financieras que constituyen aquel mundo empresarial". Según un informe publicado por el Foro Económico Mundial de Davos en su 50 aniversario de este año, revela el enorme crecimiento de las desigualdades en el mundo (considerado como uno de los mayores problemas actualmente) indica que tal crecimiento ha generado un enorme aumento del rechazo del orden económico que ha generado una gran concentración de la riqueza, la cual se percibe que ha sido alcanzada a costa del bienestar de la mayoría de la población, que ha sufrido un aumento de su precariedad y una pérdida de la dignidad, debilitando con ello el orden social, al destruir la confianza en las instituciones y en los procesos políticos, erosionando con ello el "contrato social" que rige en las sociedades más avanzadas. Lo que afirma dicho organismo, nada sospechoso con respecto a la tendencia que representa es, que esta situación la creó precisamente la aplicación de las políticas neoliberales que han sido promovidas por el mismo, conocido coloquialmente como el Vaticano de la religión laica dominante en los mayores centros del pensamiento económico hoy en el mundo: el neoliberalismo. Para salvar el capitalismo actual de su sintonía con la sociedad, hay que cambiar el comportamiento del gran mundo empresarial y redefinir sus objetivos, que no pueden ser solo el aumento de beneficios de los accionistas y/o gestores, sino que debe incluir el servicio a las comunidades donde están ubicados, una actitud que podría ser digna de aplauso, excepto que, como señala el Financial Times, esta petición de responsabilidad social es semejante a pedirle peras al olmo, pues la economía mundial está prácticamente paralizada en la actualidad, y no es el momento de pedir sacrificios a los centros de poder económico y financiero. El mayor problema que existe hoy en la sociedad es la sensación de impotencia que tiene la población en contra de lo poderes económicos y financieros, los cuales están convencidos de que no hay otra manera de organizar las relaciones sociales y económicas que no sea con la lógica de la asimetría del poder, “lo ancho para mí lo estrecho para ti”.




Una de las cuestiones no menos importantes, es que cuando los servicios públicos en España eran recortados las partidas en los Presupuestos Generales del Estado, ningún CEO del IBEX-35 manifestó ninguna discrepancia, más bien diríamos que el silencio era la tónica dominante a dicha acción. Esta acción no ha sido durante 1,2,3, etc. años, sino que se ha venido produciendo durante décadas, como ayer publiqué en el blog en un post que subí https://bit.ly/2QHCYPP Frente a este hecho, los directivos del IBEX se han preocupado en relación con el gobierno muy prioritariamente, en buscar una regulación favorable en el sector en el que operan, de tal forma que la misma les proporcionara una ventaja competitiva frente al adversario en el mercado donde competían. Esta es quizás uno de los mayores problemas que acarrea la economía española, la escasa competencia de nuestras compañías debido a la poca inversión que realizan en I+D, ese gap o ventaja como viene siendo habitual se pone de manifiesto todos los años por parte de la Comisión Europea cuando publica las cifras de inversión de las mayores compañías de Europa. España en dicho ranking aparece muy por debajo de lo que sería ideal para un país que está entre los cinco grandes de la Unión Europea, en una asociación de 27 miembros. En concreto en el año 2019 las cifras de España se pueden leer en el siguiente enlace http://bit.ly/2EODh53e  Sin embargo, vemos el verdadero espíritu empresarial de la clase directiva cuando observamos por ejemplo la postura del presidente de la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales), Antonio Garamendi, cuando manifiesta su postura en referencia al Artículo 42 (subcontratación) del Estatuto de los Trabajadores https://bit.ly/2JatPLr  No es ningún secreto que la subcontratación en España es uno de los principales problemas que presenta el mercado de trabajo, en concreto existen dos variables fundamentales en las que incide, la primera es una mayor accidentabilidad laboral producida por la precarización en la que se encuentran dichos trabajadores. Y una segunda cuestión no menor es, los costes que representan para el empresario, un ejemplo, colectivos como las kellys (camareras de piso) han puesto cara a las desigualdades que padecen los subcontratados, ya que cobran por un mismo trabajo hasta un 40% menos de sueldo que si pertenecieran a la plantilla del hotel https://bit.ly/39hpdgX


Y llegamos a la noticia que se publicó ayer, de las cinco compañías que conforman el fondo de 150 millones de euros para luchar contra él COVID-19, Telefónica, Inditex, Iberdrola, BBVA y Santander, tres son las casuísticas diferentes a las que se ven sometidas dichas compañías, son las siguientes:
  1. Compañías con rendimientos bursátiles muy pobres desde la toma de posesión del CEO actual. 
  2. Compañías con problemas judiciales por el “Caso Tandem”. 
  3. Compañías donde la donación y filantropía la realiza el CEO de su propio bolsillo al ser el mayor accionista de esta, siendo además su compañía un proveedor que puede proporcionar los materiales y recursos necesarios para que las personas que luchan contra el coronavirus se encuentren protegidas.
En el primer grupo se pueden incluir tres compañías, Telefónica, Banco de Santander y BBVA. El rendimiento de las acciones desde que los actuales CEOs están al frente de dichas compañías es el siguiente; Telefónica (-51%), Banco de Santander (-68%) y BBVA (-36%). En el segundo grupo se encuentran dos compañías, BBVA y Iberdrola. La instrucción del “Caso Tandem” ha propiciado que un amplio grupo de personas directivas se encuentren encausadas por propiciar espionajes sobre terceras personas, por ello se les acusa de presuntos delitos de cohecho y revelación de secretos entre otros https://bit.ly/33LoAeH Y por último en el tercer grupo se encuentra Inditex. El propietario de dicha compañía, Amancio Ortega, lleva tiempo realizando filantropía a través de su fundación y de donaciones como fue el caso de las máquinas de lucha contra el cáncer (290 máquinas) a los hospitales públicos de toda España, por un importe de 320 millones de euros  https://bit.ly/33HCrTa Pero aparte de colaborar en la donación del fondo de 150 millones de euros como recogía la prensa, también ha fletado dos aviones para repatriar a 600 becarios de su fundación de Estados Unidos y Canadá https://bit.ly/3bmLxHx Una de las cuestiones que hay que poner en valor del  mecenazgo que presta dicha persona, es la discreción que tiene al frente de la labor filantrópica que realiza, cuestión esta, que en otra clase de personas (CEOs) no se produce por ese ansia de salir en los medios públicos de la sociedad, y que facilita que la persona que recibe dicha dádiva que no se sienta obligado en la necesidad que se le cubre por el que paga dicha carencia.

Según la Real Academia Española de la Lengua (RAE), anosognosia es un término de la psicología que significa “enfermedad que consiste en no tener conciencia del mal notorio que se padece”. Además, hace referencia a algo que es principal en el diagnóstico de anosognosia: es la no conciencia del mal propio y no del mal que se pueda estar provocando a otros. Así pues, de las cinco compañías que integran inicialmente dicho fondo, solo una, Inditex, presenta razones en la situación actual en la que se encuentra, que hacen como decía Aristóteles con respecto a su “motor inmóvil”, que tenga una guía responsable con el orden y las reglas que rigen dicha filantropía… Probablemente otros tienen que demostrarlo.


Ya lo dijo Aristóteles: “No se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto”.



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