martes, 3 de marzo de 2020

TELEFÓNICA...UN "CISNE NEGRO" EN LA SOCIEDAD ESPAÑOLA


El sentido común son los conocimientos y las creencias compartidos por una comunidad y considerados como prudentes, lógicos o válidos. Se trata de la capacidad natural de juzgar los acontecimientos y eventos de forma razonable. El sentido común a veces tiene mala prensa. Parece una cualidad de la gente aburrida, timorata, conservadora… En cambio, la locura es cool. Las personas con escaso sentido común tienen fama de divertidas, disruptivas, creativas y un sinfín de cosas buenas.
"Se está celebrando el 25 aniversario de los Juegos Olímpicos de Barcelona. Se rememoran con creces las hazañas de los grandes deportistas de aquellos días. Pero de quien no se habla es de Pyambu Tuul, de Mongolia, el corredor que llegó último en el maratón. La terminó dos horas después del primer y no le dejaron entrar en el Estadio de Montjuïc como en el resto. Estaban preparando la ceremonia de clausura y lo desviaron a una pista anexa que servía de calentamiento de los atletas. En la meta sólo había dos jueces y dos periodistas. Nadie lo aclamó. Nadie lo vitoreó. Pero él saltaba de contento en cruzar la línea de llegada. Uno de los asistentes le preguntó la razón de su euforia, haciéndole ver que el tiempo que había hecho (04:00:44) era muy malo. La respuesta del mongol fue muy clara: No, mi tiempo no ha sido malo. Mi tiempo significa el récord olímpico de maratón de mi país. Otro le preguntó si aquel había sido el día más grande de su vida. Contundente, replicó también que no. No. El mejor día de mi vida fue cuando recuperé la vista y pude ver a mi mujer y mis dos hijas por primera vez. ¡Son preciosas! En una expedición médica humanitaria en Mongolia, un oftalmólogo le había hecho un trasplante de córnea seis meses antes de los Juegos porque, de un accidente cuando era pequeño, se había quedado ciego. A Pyambu Tuul no se le fue la olla. Colocó las cosas en su justo punto, demostró a los periodistas un sentido común extraordinario y les dio a todos una lección de lucidez y madurez. Sentido común en estado puro. ¡Una joya! Seamos locos, divertidos y disruptivos en lo que haga falta… pero conservemos el sentido común que nos hace valorar objetivamente nuestros aciertos y fracasos, así como nuestras relaciones con las demás personas".

El 2 de marzo se publicó en un diario digital la siguiente noticia, “Pallete llama a Mubadala, QIA y Temasek para salir al rescate de Telefónica” http://bit.ly/2vnhVup  De la misma se desprende la petición del primer ejecutivo de la teleco de ayuda de fondos soberanos de Qatar, Abu Dabi, Kuwait o Singapur con el fin de que socorran (defiendan) a Telefónica ante una posible contingencia como es el lanzamiento de una OPA hostil por un fondo de inversión u otra compañía. La noticia recoge el siguiente hecho, “En ese momento, Pallete, que ahora lleva cuatros años como presidente, se tendrá que presentar ante los inversores para dar explicaciones de por qué la cotización se ha desplomado cerca de un 40% desde que tomó posesión del cargo. El grupo capitaliza actualmente 27.700 millones, lejos de los más de 100.000 millones que llegó a valer hace una década”. Ni que decir tiene, que la primera reflexión que a uno se le viene a la cabeza es la siguiente, ¿Cómo es posible que una compañía estratégica y sistémica de la economía española busque un blindaje fuera de los intereses del estado español que fue quien la fundó el 19 de abril de 1924? o será que el blindaje que se busca es para el actual equipo directivo. Los fondos soberanos (SWF por sus siglas en inglés) se pueden definir como un conjunto de capitales controlados por un gobierno, o una entidad relacionada con el gobierno, que invierte en activos en busca de rendimientos competitivos ajustados al riesgo (Balding, 2011). Desde junio de 2015 los activos de los fondos soberanos sumaron 7,1 billones de dólares controlando una cantidad masiva de capital global (SWF Institute, 2015). Los fondos soberanos internacionales -brazos inversores de los estados- llevan invertidos en España 40.000 millones de euros en los últimos años y han aumentado su interés por los activos nacionales en los dos últimos ejercicios, según se desprende del informe Sovereign Wealth Funds 2018, elaborado por IE University y el Icex. El informe constata que hay 91 fondos soberanos en todo el mundo que gestionan activos por 8,1 billones de dólares. El tradicional peso que tenía el sector inmobiliario para este tipo de inversores ha dado paso a un mayor protagonismo del sector tecnológico, químico y de consumo. En el año 2018, los fondos participaron en 77 rondas de financiación de empresas tecnológicas, con una especial presencia en los mercados de Estados Unidos y China.

Una de las cuestiones que se han puesto de relieve estos días por diferentes noticias que se han publicado en la prensa es que la situación por la que atraviesa dicha compañía está siendo seguida de cerca por el actual equipo de Moncloa http://bit.ly/39jLX0K, http://bit.ly/39lJeEa cuestión está nada baladí si tenemos en cuenta que ningún fondo extranjero entra en ningún sector económico de la economía de un país desarrollado con la oposición frontal del gobierno de turno. Ya en anteriores post publicados en dicho blog he subrayado la situación de compañías similares en países de nuestro entorno, los cuales, tienen una participación mínima del estado en el que están radicadas. En Francia, France Telecom está participada por estado francés en un 23%, en Alemania Deutsche Telekom tiene la participación del estado en un 15% y del banco público KWF en otro 15%. Esta situación no es óbice para dichas compañías se gestionen con criterios de una compañía privada al tener capital privado en su inmensa mayoría, sin embargo, dichas participaciones sirven de elemento disuasor a operaciones hostiles sobre las mismas.  

En esta crisis por la que atraviesa dicha compañía, hay actores como son los sindicatos o los accionistas dominicales que con su silencio ponen de relieve el papel que juegan en la misma. Nada es ajeno a los mismos, las métricas de la compañía llevan años deteriorándose con el silencio de estos, sin embargo, cuando llegue la solución a dicho problema, es posible que quien la juzgue llame a los mismos a capitulo con respecto al papel que han jugado en la misma. Toda crisis como decía Joseph Juran el padre de la calidad japonesa, está sujeta a causas raíz, en la teleco las mismas tienen que ver con factores como por ejemplo: ausencia de una inversión sólida en I+D http://bit.ly/2EODh53, la mejora de la formación de los recursos humanos http://bit.ly/39nK2s0, la politización de decisiones de gestión ha llevado a que la misma este en estos momentos languideciendo sin tampoco muchos recursos con los que capear dicha crisis. El gobierno actual no puede, ni debe permitir que países extranjeros tomen una participación del capital de una compañía que actúa como punta de lanza en mercados donde nuestra lengua, el español, es nuestro elemento vehicular para el desarrollo de dichas economías. Latinoamérica es un mercado de 600 millones de personas http://bit.ly/2ushJsE, donde en cuestiones de desarrollo hay un enorme potencial para aquellos actores económicos que se encuentren asentados en el mismo. Telefónica es la punta de lanza del empresariado español en dicho mercado, sus más de 30 años de presencia donde ha participado en el desarrollo de las telecomunicaciones avalan su presencia en los mismos. 

La situación por la que atraviesa actualmente la compañía es un “cisne negro” para la sociedad española, la cual asiste entre perpleja y sorprendida por la situación que está atravesando. La Teoría del Cisne Negro de Nassim Nicholas Taleb relatada en un libro que publicó en el año 2007, versa sobre la importancia para la historia de la humanidad que tienen los eventos sin dirección e inesperados, normalmente ignorados por sus bajas probabilidades de darse, extremos y azarosos. Son cisnes negros que aparecen luego de ver millones de cisnes blancos, aquellos eventos históricos, artísticos, económicos, científicos que se dan sin que los esperemos y nos cambian para siempre, por ejemplo; Internet, Hitler, guerras relámpago, Enron, el 11-S… La experiencia en el mundo se ha mediatizado a tal forma que sentimos en carne propia las consecuencias de sucesos que nos impactan geográfica y culturalmente. La experiencia humana siempre ha estado ligada por nuestra pertenencia final a la especie, pero la ligazón actual sobrepasa los límites de la empatía biológica y así como se aprovechan los beneficios, también se sufren sus desventajas cuando un suceso presuntamente inesperado irrumpe en la cotidianidad humana y cambia para siempre nuestra perspectiva sobre las cosas o nuestro entendimiento sobre sus posibilidades de acontecer. En la historia moderna, hechos como fueron; los descubrimientos científicos, Hiroshima, el Holocausto o la hipercomunicación con el móvil e internet, entre otros tantos sucesos, fueron observados y vividos con estupefacción por la sociedad, dejando una huella imborrable en la memoria colectiva. Con ellos, según el autor de la teoría, estábamos frente a Cisnes Negros.
Pues bien, el “Cisne Negro” al que está sometido la sociedad española con Telefónica requiere de medidas por aquellos actores que tienen el papel de velar por los intereses del país, que permitan somatizar a la sociedad española una situación que su sentido común, ni comprende…Ni entiende.


Ya lo dijo Nassim Taleb: “No importa la frecuencia con la que algo tenga éxito si el fracaso es demasiado costoso de soportar”.



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