martes, 21 de abril de 2020

UNIÓN EUROPEA...RECUPERA EL CONTROL DE SECTORES ESTRATÉGICOS


Un hipócrita tiburón de los negocios se creyó en la necesidad de decirle un día al escritor y humorista estadounidense Mark Twain (1835-1910):
-“Antes de mi muerte pienso hacer peregrinación a Tierra Santa; quiero subir a lo alto del monte Sinaí para leer en voz alta los Diez Mandamientos”.
-A lo que le respondió Twain: “Podría hacer usted una cosa mejor todavía —replicó Mark Twain—: quedarse en su casa de Boston y cumplirlos”.


El 17 de abril se publica en la prensa la noticia del Consejo de Administración extraordinario de Telefónica https://bit.ly/2RJZ3xk,  con ribetes de importante debido a las cuestiones que se iban a decidir en el mismo. Sin embargo, no se decidió nada. Posteriormente, el 20 de abril la prensa vuelve a la carga y se publica en un diario económico la siguiente noticia https://bit.ly/2VoWwLy “El núcleo duro de Telefónica, a favor de que entre un nuevo socio que resucite la acción”. Esta situación, de noticias falsas e interesadas con respecto al devenir futuro de Telefónica viene repitiéndose en la prensa desde el 27 de noviembre, que fue cuando el presidente de la Telefónica presentó su nuevo plan estratégico (copia del fondo Elliot). Noticias como la desinversión de la spin-off de Latinoamérica, la venta de 50.000 torres, etc., no han sido más que noticias sin ningún fundamento, si tenemos en cuenta que para que las mismas se produjesen era condición “necesaria” el visto bueno del Gobierno de turno, el cual no se tenía y los accionistas dominicales (La Caixa y el BBVA) eran conocedores de dicha situación. Sin embargo, no sería hasta el 17 de marzo cuando el Gobierno español decreto el Estado de Alarma (Real Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo) donde puso bajo su control de forma efectiva a la operadora en la  Disposición final cuarta. Modificación de la Ley 19/2003, de 4 de julio, sobre régimen jurídico de los movimientos de capitales y de las transacciones económicas con el exterior”. En el mismo se recogían toda una serie de restricciones en cuanto a la compra de capital de las consideradas compañías estratégicas, que limita y elimina el peligro en que habían quedado dichas compañías con motivo del tsunami bursátil generado por el COVID-19, compañías tales como; Telefónica, BBVA, Repsol, Iberdrola, Banco de Santander, Indra, etc.

En la Unión Europea la inversión extranjera está regulada en la normativa Foreign Direct Investment (FDI) (Inversión Extranjera Directa) a nivel de los Estados miembros. Actualmente, solo doce estados miembros tienen mecanismos formales de detección (Austria, Dinamarca, Hungría, Alemania, Finlandia, Francia, Letonia, Lituania, Italia, Polonia, Portugal y España). Sin embargo, a partir del 11 de octubre de 2020, la Comisión también puede ejercer sus nuevos poderes para revisar y emitir opiniones no vinculantes sobre las inversiones en la UE. Aunque Bruselas no tiene poder para aprobar o bloquear la norma (FDI), la Comisión Europea está instando a endurecer la política en todo el bloque. La Comisión señala que responde a los llamamientos de los países miembros para una estrategia industrial más protectora. Esto se concretará en las futuras propuestas legislativas de la Comisión, la política comercial y la voluntad de dirigir/alentar el proteccionismo dirigido a los socios comerciales fuera del bloque, incluidos el Reino Unido y Suiza. Si esto se traduce en un endurecimiento real de la política dependerá de cualquier acuerdo para el cual los estados miembros tengan jurisdicción, el alcance del control de la (FDI) en esos países (que todavía varía mucho) y cómo esos países perciban su mejor interés. A pesar de la retórica en la Unión Europea, todavía estamos muy lejos de una versión de CFIUS de Estados Unidos. En los años 70 en el poderoso Comité de Inversiones Extranjeras de los Estados Unidos (el temido Committee on Foreign Investment of the United States), conocido por las siglas CFIUS. Es un organismo en el que participan diferentes agencias del Gobierno de los Estados Unidos que tiene como función revisar cualquier operación de fusión o adquisición (privada o pública) realizada por una entidad no estadounidense que pueda conllevar la pérdida de control norteamericano de compañías domiciliadas en los Estados Unidos. El CFIUS está presidido por el secretario del Tesoro e integrado por miembros del Gobierno que forman parte de los Departamentos de Comercio, Energía, Transporte, Defensa e Interior. Con motivo de la situación provocada por el COVID-19, la Comisión Europea insta a los estados miembros de la Unión Europea a que inicien la evaluación de la inversión extranjera directa (FDI), los controles de capital y "todas las demás opciones disponibles" para proteger a las empresas europeas, la infraestructura o las tecnologías de importancia estratégica de las adquisiciones extranjeras. Durante esta situación sin precedentes que ha sufrido la economía de Europa, en su documento de orientación (UE) 2019/452 (Reglamento de evaluación de la IED), 25 de marzo, 2020 https://bit.ly/3bqcuur, se insta vigorosamente a los estados miembros a establecer sistemas completos de control de riesgos con el fin de prevenir y detectar los riesgos para las compañías ante la entrada de inversores no deseados.


El COVID-19 ha puesto de manifiesto las graves carencias de suministros esenciales durante la pandemia que tenía Europa, y ante la amenaza de la toma de control de una compañía alemana de vacunas, CureVac, por parte de los Estados Unidos https://bit.ly/2ytTpcd , la directiva europea refleja una postura política que encaja con los objetivos de la nueva Comisión, la cual consiste en facilitar autonomía estratégica de Europa. A corto plazo, es probable que las posibles medidas solicitadas en la directiva impliquen a compañías fabricantes de material médico y farmacéuticas, como: ventiladores, vacunas, equipos médicos de protección y textiles, así como a empresas que recibieron fondos del programa de investigación Horizonte 2020. Sin embargo, a medio y largo plazo, una amplia gama de proveedores de bienes y servicios también puede verse afectada, lo hemos visto estos días con la construcción naval en Alemania https://bit.ly/2xxhwql. Los inversores que buscan adquirir empresas o realizar inversiones de cartera en la UE pueden enfrentar mayores dificultades y plazos más largos a medida que las autoridades nacionales y la Comisión se embarcan en una revisión ampliada de las transacciones en sectores críticos.

La revisión a nivel de la UE está más fragmentada en comparación con la evaluación de CFIUS en los Estados Unidos. Ya que los poderes de toma de decisiones permanecen arraigados a nivel nacional en lugar de en Bruselas. Aunque, a diferencia del control de fusiones, la Comisión no puede bloquear legalmente una transacción, los estados miembros deberán "tener muy en cuenta" la opinión de la Comisión, así como considerar los comentarios de otros Estados miembros y justificar sus acciones si no cumplen la opinión. Para determinar si un Estado miembro puede intervenir sobre la base de que una inversión afecta la seguridad y el orden público, el reglamento permite a los estados miembros y a la Comisión una discreción sustancial para evaluar "todos los factores relevantes", incluidos los efectos en áreas críticas e insumos esenciales y el control por parte de un Gobierno extranjero. Si bien las inversiones en las industrias de investigación médica y de salud son obviamente un punto focal del reglamento, el objetivo político general de la Comisión es proteger las "industrias estratégicas" y la "infraestructura estratégica". Aunque "estratégico" no está definido, el documento de orientación y su definición de una adquisición crítica puede priorizarse según si afecta a "tecnologías críticas", "insumos críticos" o "infraestructura crítica", artículo 4 del Reglamento (UE) 2019/452, 19 de marzo de 2019, (esto podría ser físico o virtual e incluye salud, energía, transporte, agua, comunicaciones, medios de comunicación), procesamiento o almacenamiento de datos, infraestructura aeroespacial, de defensa, electoral o financiera, instalaciones sensibles o terrenos y bienes inmuebles. El reglamento es parte de una tendencia continua de endurecer las normas de inversión extranjera, tanto dentro de la UE como a nivel mundial. Más recientemente por ejemplo, Australia eliminó temporalmente los umbrales de detección monetaria para todas las inversiones extranjeras. En términos más generales, en los últimos dos años, muchos países han aumentado los controles de la (FDI) por métodos como ampliar el alcance de las transacciones revisables o aumentar los requisitos de informes, incluidos países como; Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Noruega, Japón y Rusia. Se espera que esta tendencia continúe a buen ritmo.
El impulso urgente para proteger las industrias europeas queda claro a partir de los comentarios de la Vicepresidenta de la Comisión Europea Margrethe Vestager, que en unas declaraciones recientes afirmo lo siguiente: “está Comisión está trabajando intensamente en ideas sobre cómo evitar adquisiciones respaldadas por subsidios de estados extranjeros". Por su parte la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó que los estados miembros de la Unión deberían "usar todas las opciones para proteger a las empresas europeas”. (Declaración de Vestager en "Shaping Europe's Digital Future", Amigos de Europa, 27 de marzo de 2020; y la declaración en video de la presidenta von der Leyen en Twitter, 25 de marzo de 2020). Aunque se están desarrollando planes más concretos, el reglamento indica el apoyo de la Comisión a las siguientes medidas:
Selección de la cartera de inversiones. Si una inversión no confiere influencia sobre la gestión o el control del activo (y, por lo tanto, no constituye FDI), sino que toma la forma de una inversión de cartera, la Comisión fomenta la detección si concede ciertos derechos (indefinidos) en virtud del derecho nacional de sociedades al accionista, ya que podría ser relevante para la seguridad o el orden público.
Protección contra "compras depredadoras" y amenazas a la estabilidad financiera. Si los inversores extranjeros realizan "compras depredadoras" (con el fin de limitar el suministro al mercado de la UE) de activos estratégicos, se alienta a los Estados miembros a invocar medidas restrictivas para garantizar la seguridad del suministro de bienes o servicios (por ejemplo, energía). Además, la Comisión considera que también se pueden imponer controles de capital para abordar las amenazas a la estabilidad financiera (como lo demuestran las medidas griegas tomadas durante la crisis de la deuda en 2015).
Protección de nuevas empresas/empresas infravaloradas. En caso de inversión extranjera en empresas con "valoraciones en los mercados de capitales que se consideran muy por debajo de su valor real o intrínseco", la Comisión alienta a los estados miembros a introducir restricciones si la transacción puede conducir a una dependencia excesiva de los inversores extranjeros para suministros esenciales o servicios esenciales. Estas condiciones tendrían que ser evaluadas subjetivamente por cada Estado miembro, ya que el reglamento no menciona los criterios de evaluación.
Acciones Doradas/Nacionalización. La Comisión destaca la posibilidad de que los Estados miembros conserven derechos especiales en las empresas mediante la tenencia de "acciones de oro", para permitirles limitar las inversiones si fuese necesario para lograr objetivos legítimos de política pública como "salud pública", "proteger a los consumidores" o "lograr objetivos de política social".
Licencias obligatorias sobre medicamentos patentados. La Comisión ofrece un recordatorio de que los estados miembros pueden imponer licencias obligatorias en caso de una emergencia nacional, como una pandemia. Aunque tales medidas se han utilizado anteriormente en diferentes Estados miembros, son poco frecuentes y los motivos para otorgar dichas licencias pueden variar de un país a otro. Para evitar confusiones dentro de la industria y las cadenas de suministro, será esencial un enfoque armonizado para las licencias obligatorias frente a COVID-19.
El reglamento es parte de una tendencia continua de endurecer las normas de inversión extranjera, tanto dentro de la UE como a nivel mundial, más recientemente, en respuesta a la crisis de COVID-19. En términos más generales, en los últimos dos años, muchos países han aumentado los controles de la inversión extranjera (FDI) por métodos como ampliar el alcance de las transacciones revisables o aumentar los requisitos de informes, incluidos los Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Noruega, Japón y Rusia. Se espera que esta tendencia continúe incrementándose en el futuro, mientras tanto, la postura política de la Comisión, tal como se refleja en su Orientación, puede resultar en el establecimiento o concreción paralela de nuevos regímenes de detección en estados miembros como Bélgica (un mecanismo ya existe en Flandes), Irlanda, Suecia y Holanda, entre los restantes.

Y mientras Europa marca el camino para proteger su tejido productivo, siendo el Gobierno español conocedor y negociador de las directrices que se aplicarán en Europa, uno de los accionistas dominicales de Telefónica, (La Caixa), el 27 de marzo vuelve a comprar  acciones de Telefónica, seis meses después de que dejara de invertir en la compañía. Obsérvese, que es dos días después de que la Comisión Europea aprobara el Reglamento (UE) 2019/452 (Reglamento de evaluación de la Inversión Extranjera)… ¿Significa esto que La Caixa lo sabía? No cabe la menor duda, pero lo sabía de forma informal desde el día 27 de noviembre cuando el presidente de la operadora lanzó el plan estratégico, que recogía hacer enajenaciones de patrimonio con el fin de bajar el endeudamiento pero que reducían el perímetro de la compañía. Y mientras todo esto sucede en Europa, la “prensa amiga” española afín a intereses cuando menos cuestionables (ya que omite hechos y sucesos fundamentales que pueden servir para comprender lo que está sucediendo), sigue distorsionando una realidad que marcará el devenir futuro empresarial de Europa. En la noticia del día 20 de abril, se dice y menciona que los dos dominicales están de acuerdo con realizar una ampliación de capital, cosa cierta probablemente, sin embargo, lo que difiere del planteamiento del equipo directivo de la operadora y que defiende la Unión Europa es que el entrante en el núcleo duro no será ningún fondo extranjero…Será el Gobierno español, el que tome una participación con el fin de garantizar el control de un sector estratégico como son las telecomunicaciones. Pequeño matiz, pero suficientemente importante para cortar de raíz cualquier tipo de especulación en cuanto al devenir de Telefónica.
Para terminar el post, decir que quizás aquí el octavo mandamiento, “No dirás falsos testimonios ni mentirás”, se ha quedado huérfano. Como decía Mark Twain, cúmplalo…Sin embargo, el silencio y ruido mediático es lo único que se oye entre los distintos actores implicados en dicha obra de teatro

Ya lo dijo Cicerón: ”La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio”.

 





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