martes, 21 de julio de 2020

FONDO EUROPEO PARA LA RECONSTRUCCIÓN...COMIENZAN LAS REFORMAS Y CAMBIOS EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA


Antes de ser vencido por Publio Cornelio Escipión en la batalla de Zama, Aníbal llegó a tener un rival a su altura. Un general romano que le dejaba deambular por Italia y que no caía en las trampas que le ponía el cartaginés. Era Quinto Fabio Máximo, nacido en torno al año 280 a.C, descendía de una importante familia patricia cuyos principales representantes habían sido su abuelo, el tres veces cónsul y primer senador Quinto Fabio Máximo Gurges, y su bisabuelo Quinto Fabio Máximo Ruliano, que ostentó el consulado en cinco ocasiones y llegó a dictador; ambos héroes durante las guerras samnitas. Fue llegar a adulto y sus cualidades se refinaron: su tranquilidad devino en ausencia de bajas pasiones, su poco dinamismo en prudencia, su indiferencia en un carácter templado. Tres años después de ser nombrado dictador para los comicios del año 221 a.C., y según Tito Livio, formó parte de una embajada enviada a Cartago que reclamaba por la toma de la ciudad hispana de Sagunto; como la reclamación no fue satisfecha, el propio Fabio leyó una declaración formal de guerra ante el senado cartaginés (si bien Dión Casio dice que no fue él sino su primo Marco Fabio Buteo). El caso es que así empezó la Segunda Guerra Púnica: recuperada de la derrota anterior y bajo el mando de los Barca, Cartago inició una expansión por la mitad meridional de Hispania que compensara el golpe a la economía que supuso la pérdida de Sicilia. Una cosa era levantar el ánimo decaído de la tropa después de varias derrotas con él ejercito cartaginense y otra muy distinta enfrentarse al temible ejército de Aníbal. Consciente de la superioridad de éste, Fabio optó por una estrategia de acoso y desgaste, rehuyendo la batalla campal. Sus tropas se limitaron a hostigar a los contingentes cartagineses que se retrasaban o quedaban aislados con emboscadas y pequeños ataques que, junto con la táctica de tierra quemada, molestaban continuamente al enemigo y le impedían abastecerse. Era lo que se daría en llamar “táctica fabiana” que, contestando a las preguntas del comienzo, aplicó George Washington durante la Revolución Americana ante la superioridad del ejército inglés y que una variante del socialismo utópico del siglo XIX, la Sociedad Fabiana, asumió también en el sentido de aplicar reformas progresivas y graduales en lugar de la ruptura revolucionaria. Esa forma de combatir no gustó a los romanos, que le adjudicaron a Fabio el agnomen (apodo) despectivo de “Cunctactor”, “el que retrasa”, que se sumaba a otros que ya tenía, como Verrucosus” (Verrugoso, en alusión a una verruga en su labio superior) y “Ovicula” (Cordero, por sus suaves maneras). Fabio logró arrinconar a Aníbal en un valle, pero no le atacó, sino que prefirió intentar rendirle por hambre, si bien éste logró escapar rompiendo el cerco con una manada de bueyes a los que colocó antorchas en los cuernos; fue la batalla de Ager Falernus, que en Roma consideraron una oportunidad perdida desatándose poco a poco una opinión pública adversa a aquel concepto de dilación bélica. Desde luego, debidamente impulsada por Marco Minucio, quien acusaba veladamente a su superior de cobarde y de prolongar la guerra deliberadamente para detentar el mando. Los impacientes romanos, sin embargo, relevaron a “Cunctator” para apostar por un triunfo rápido, en campo abierto, esto significó que Aníbal respiró aliviado. Posteriormente el cambio de estrategia sirvió para que los romanos fueran masacrados en la batalla de Cannas. La derrota sufrida, 70.000 muertos según Polibio, 50.000 según Tito Livio, más 11.000 prisioneros, supusieron una catástrofe por la dificultad de suplir tantas bajas. Irónicamente, eso hizo a todos añorar al denostado “Cunctactor” y su criticada táctica fabiana; al fin y al cabo, el mismísimo general cartaginés le admiraba por su astucia y porque pagaba el rescate de los prisioneros de su bolsillo.

En una de las cumbres más largas, decisivas y complicadas de la historia reciente de la Unión Europea los líderes de los Veintisiete han dado su luz verde a una masiva emisión conjunta de deuda para la creación de un Fondo de Recuperación con el que reactivar la economía europea tras el shock generado por el coronavirus. Ha sido uno de los encuentros más difíciles que se recuerdan en Bruselas, el acuerdo no ha sido sencillo y se ha cobrado importantes víctimas, pero los jefes de Estado y de Gobierno han logrado salvar los muebles con un acuerdo que si bien reduce el nivel original de transferencias, ha servido para unificar y poner de acuerdo a los diferentes presidentes de los paises que integran la Unión Europea en el lanzamiento del Nex Generation Union European (NGEU) (fondo de reconstrucción para paliar el COVID-19). Se ha acordado mantener el paquete en 750.000 millones de euros de dotación de dicho fondo, aunque sea reequilibrando entre ayudas directas y préstamos, pasando de un 66%-33% a un 52%-48%, lo cual aumentará la deuda acumulada de los países al aumentar el peso de los préstamos y genera dudas sobre el impacto macroeconómico de haber reducido de 500.000 a 390.000 millones las transferencias. Los patrocinadores de dicho fondo, Francia y Alemania, asumen que el mismo servirá para que los países más afectados sean financiados para su plan nacional de recuperación. La financiación de la deuda es de carácter histórico, y da fe de la confianza depositada en el proyecto europeo por los Estados miembros, a pesar de que este principio de deuda común parecía impensable hace unos meses. El presupuesto europeo, así, se ve revitalizado al duplicar el monto del plan de estímulo (casi el 2% del PIB) y un cambio en el paradigma presupuestario. Desde la creación del euro, no se ha visto un avance tan significativo en la mutualización de la deuda como con la creación de dicho fondo de recuperación.   

                                                           Fuente: EUROSTAT

La Unión Europea busca con este Fondo reactivar la economía tras el shock del coronavirus a través de la financiación de una serie de reformas e inversiones que los distintos Estados miembros tienen que proponer y que deben estar dirigidos a cumplir con las recomendaciones específicas por país (CSR, por sus siglas en inglés) de la Comisión Europea. En el caso español las CSR suelen hacer referencia a la sostenibilidad de las pensiones, inversiones sociales, reforma de la educación o la inversión en transición verde (sector energético) y digital (telecomunicaciones). Los cuatro días y sus noches correspondiente de negociación, han servido para una solución de compromiso que permita lanzar la economía europea fuera de la profunda crisis en la que está inmersa. Pero no solo haya que mirar dicha cumbre en el aspecto económico, sino que la misma ha servido también para cambiar paradigmas en la búsqueda de una mayor integración de los diferentes países que componen la Unión Europea, ahora que el mundo camina a pasos agigantados hacia áreas de influencia (económica, política y social), como son los encabezados por China o Estados Unidos.

Aunque los créditos del Fondo han aumentado con respecto a las subvenciones a fondo perdido, también tienen una utilidad, ya que los Estados miembros se benefician de la alta calificación que pueda tener una emisión así por parte de la Eurozona, estos sí contabilizan en la ratio deuda pública/PIB. Los fondos no encontrarán una vía rápida a la economía real, y, por ejemplo, solo el 10% del total del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), el núcleo duro del Fondo, serán ejecutados en 2021, menos de 70.000 millones a repartir entre Veintisiete Estados miembros. Factores como los “rebates” y las derivas autoritarias (Polonia y Hungría) han sido elementos de esta negociación. El Marco Financiero Plurianual (MFP) 2021-2027 era el momento de incluir una condicionalidad sobre el Estado de derecho que permitiera cortar el grifo a aquellos países que, por ejemplo, decidieran desmontar su sistema judicial. Sin embargo, Viktor Orbán, primer ministro húngaro, ha logrado primero que esta idea permaneciera sin dientes ni capacidad real de presionar a su Gobierno, y después que directamente haya desaparecido. Otra de las víctimas de esta negociación que ha desaparecido, es la de un instrumento que sirva para garantizar la solvencia que buscaba ayudar a las empresas europeas para intentar garantizar un “level-playing field”, un terreno de juego igualado, una medida especialmente importante tras las masivas ayudas públicas dadas por Alemania a sus compañías. También se ha producido un recorte sobre las partidas dedicadas a la innovación, cuya financiación desde el Fondo se ha visto reducido a la mitad, y la transición verde, algo que Von der Leyen ha calificado de "lamentable". En países con una inversión en I+D importante como son Alemania y países nórdicos quizás se sufra menos ya que la misma está por encima del 3% del PIB, sin embargo, en países como España donde la I+D está en ratios del 1,2% si que será un factor importante.

De los 750.000 millones de euros del Fondo de Reconstrucción, 390.000 millones de euros se desembolsarán en subvenciones y 360.000 millones en préstamos. España recibirá 72.700 millones de euros en ayudas directas, y 67.300 serán créditos blandos a un reducido interés que habrá que devolver antes de 2059. El desembolso de los fondos comenzará en 2021 y se extenderá hasta 2023. Para este último año solo puede quedar pendiente de pago el 30%, de modo que en los dos años anteriores se tendrá que haber desembolsado el 70% de los fondos.  Con ellos el país tiene que abordar una serie de reformas profundas en el modelo productivo que han sido aparcadas durante años como han sido por ejemplo la reforma de las pensiones https://bit.ly/2OPl7EV  Otras como la lucha contra el cambio climático, serán prioritarias del fondo de recuperación. Dentro del cambio climático, la transición energética es también una de las políticas clave, de modo que la ayuda europea será fundamental para poder ejecutarla, dada la escasez de recursos para invertir con los que cuenta España.

Las compañías que consigan aprovechar este periodo de transición en el cambio energético, tendrán una "ventaja sustancial" en el próximo escenario post-Covid, en el que la gestión sostenible seguirá siendo uno de los "ejes fundamentales" de la economía, según detalla el último Informe de Minsait, una de las filiales de la tecnológica Indra. "En primer lugar, el futuro del sector pasa por garantizar la seguridad energética, especialmente relevante en momentos de crisis. En segundo lugar, y como consecuencia de la anterior, resulta esencial disponer de sistemas de energía resilientes serán objetivos indispensables para las sociedades modernas. Por último, la transición hacia un modelo basado en energía limpias y renovables debe estar en el centro de la recuperación económica y los planes de estímulo", apunta el documento, sobre la situación de las energéticas. Entre algunas de las medidas implementadas ya en dicho sector, destacan la aceleración de los canales digitales como "prioritarios" para los clientes; la apuesta por la inversión en ciberseguridad o la "creciente importancia" para las compañías de los planes de contingencia, especialmente tras la crisis sanitaria.

Entre los retos del sector energético, Minsait señala en primer lugar la transformación cultural de las organizaciones, "con el fin de implementar nuevos procesos cien por cien digitales que no sean una mera traslación de procesos físicos". El Covid ha supuesto un punto de inflexión en muchos aspectos que hasta ahora creíamos inamovibles o consolidados, empezando por la forma que tenemos de trabajar. Durante años han existido barreras culturales infranqueables que, con esta situación, han saltado por los aires. Nos han permitido darnos cuenta de que de que se podían hacer las cosas más rápido y de manera más eficiente de lo que creíamos. Había un miedo al cambio tecnológico que suponía una barrera difícil de gestionar y que ha desaparecido de un plumazo.

Otro de los aspectos fundamentales de dichas reformas será la digitalización de la economía, cuestión que en muchos aspectos se ha comprobado con el confinamiento durante la pandemia de COVID-19. Las medidas de aislamiento social han permitido comprobar la viabilidad de la digitalización de la sociedad en muchos aspectos, como por ejemplo el teletrabajo.  Las redes de telecomunicaciones se han empoderado como fundamentales en cualquier sociedad avanzada, comprobando que la digitalización y las redes de telecomunicaciones son la columna vertebral de las mismas.

La transformación digital está afectando a toda la economía, caminamos sin pausa a una sociedad digital donde las empresas tendrán que aprovechar la tecnología a su disposición y el ciudadano se moverá indistintamente en entornos físicos y digitales alternando según el momento y complementando ambas experiencias. La digitalización debe alcanzar a todos los sectores de la organización, porque ya no solo es un objetivo, es una estrategia clave y tiene que formar parte de la operativa y el negocio, a través de la innovación, el talento y las nuevas tecnologías. Esta transformación afecta a la empresa en sus dos vertientes, por un lado, en la mejora de la eficiencia en la gestión y los procesos, lo que llamamos digitalización externa, y, por otra, en la relación con el mercado y los potenciales consumidores, la digitalización externa. La mejora de la eficiencia en la gestión y la mejora de la competitividad y el crecimiento son las dos palancas en las que la tecnología puede ayudar a construir un proyecto empresarial sostenible. Otros aspectos que no hay que olvidar es tener un equipo con las competencias digitales necesarias y la motivación para

El emergente paradigma capitalista post-pandemia se basa en una digitalización de la economía de extremo a extremo con la aplicación de las tecnologías de la llamada cuarta revolución industrial https://bit.ly/2ZOerNM Esta nueva ola de desarrollo tecnológico es posibilitada por una tecnología de la información más avanzada. Lideradas por la inteligencia artificial (IA) y la recogida, procesamiento y análisis de inmensas cantidades de datos (big data), las tecnologías emergentes incluyen el aprendizaje automático, la automatización y la robótica, la nano y biotecnología, el Internet de las Cosas (IdC), la computación cuántica y en la nube, la impresión 3D, nuevas formas de almacenamiento de energía y vehículos autónomos, entre otras. Es lo que se conoce como la revolución NBIC https://bit.ly/3jsId2f , (Nano-Bio-Info-Cogno) como otro de los campos activos en nuestros días que contribuirán a la mayor atención a la psique y a las dimensiones intelectuales del hombre.

Todo lo anterior con ser fundamental, no es suficiente si no trae parejo un cambio profundo en las formas de gestionar en algunas compañías que se ha llevado durante estos últimos 40 años de la historia de este país. La sociedad española viene de observar y sufrir una forma de entender los negocios, donde la ventaja, el amiguismo y el cierre de los acuerdos en la oscuridad entre (patronal, sindicatos y a veces partidos políticos), en el cual la componenda ha sido el devenir diario desde la instauración de la democracia en el año 1978. Todo ello ha conducido a una deserción de la sociedad hacia el compromiso para el desarrollo social después de un largo camino de desencanto producido por un engaño permanente. Un ejemplo de esto, lo hemos visto estos días con la situación que se está conociendo del anterior Jefe del Estado, el cual gozó del beneplácito de una prensa “obediente y fiel”, que costará mucho tiempo cambiar la percepción con su forma de servir a la sociedad. Pues bien, el Covid tiene que servir también para variar la forma de servir de la élite empresarial con la sociedad, ya no valen los atajos y componendas que nos han conducido hasta la situación en la que nos encontramos actualmente. La pandemia ha demostrado que la resiliencia de algunas compañías que eran piedra angular de nuestra economía, era muy inferior a lo que se presagiaba, las cuales han sido hechas jirones si nos atenemos a sus valoraciones bursátiles, cuestión esta que no han sufrido sus pares en el mismo sector de otros países, como por ejemplo Alemania. Un ejemplo de esto último es el sector de las telecomunicaciones, dos compañías con una situación dispar sor Deutsche Telekom y Telefónica, la pandemia no ha afectado a las dos por igual en el ámbito bursátil.

Por todo ello, en los próximos días se tienen que empezar a tomar medidas que cambien personas, compañías y formas de gestionar. Todo ello con un claro horizonte, como es que la sociedad salga del marasmo en la que está imbuida y que quizás muchas de las personas que sufren lo que sucede no son culpables, sino sufridores de todo lo dicho anteriormente. Para terminar, decir que quizás para salir de dicha situación la sociedad necesita un Quinto Fabio Máximo… Que pague y se acuerde de las personas que componen la sociedad que preside y dirige y que le llevaron al lugar que ocupa.

Ya lo dijo Nelson Mandela: “Aprendí que el coraje no es la ausencia de miedo, sino el triunfo sobre él. El hombre valiente no es aquel que no siente miedo, sino el que conquista ese miedo”.

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