martes, 7 de julio de 2020

LA CAIXA...NECESITA NUEVO LIDERAZGO


Un operario, un vendedor y un gerente, están en el almacén de la compañía, cuando de repente entra allí el empresario. Este los saluda y les pregunta con qué sueñan cada uno, y que si es del caso él podría contribuirles para que lograran alcanzarlos. Pero sería un único deseo para cada uno. El Gerente, como buen líder les concede a los otros dos empleados que pidan primero su deseo. El operario le dice al socio de la empresa que quiere estar en las Bahamas rodeado de bellas masajistas sin hacer nada en todo el día durante un mes. El empresario le dice que le concederá el deseo, coordina con la directora de personal y lo envía con ella para realizar los trámites internos y externos respectivos. El vendedor le dice que quiere estar en las Islas Malvinas durante una semana acompañado de 20 mujeres que sean estrellas de cine para adultos. Concedido, le dijo el empresario. "Ya es su turno, ¿Cuál es su deseo?", le dice el empresario al Gerente. El Gerente le responde: "Quiero que esos dos holgazanes que va a enviar a las Islas Malvinas y Las Bahamas, estén de vuelta en el almacén, de inmediato y para hacer las entregas que tenemos pendientes" Concedido en el acto señor Gerente, inquirió el empresario. Moraleja: “Deje siempre que su jefe hable primero”.

El 5 de julio se publicaba en un diario digital la siguiente noticia, “Fainé prescinde de García-Bragado, su mano derecha en Criteria Caixa” https://bit.ly/3e8onpp  Según recoge la noticia, “ Fuentes próximas al directivo aseguran, sin embargo, que en la salida de quien hasta ahora ha sido mano derecha de Isidre Fainé han influido las divergencias en la gestión del que es el mayor inversor de España, con participaciones relevantes en CaixaBank, Telefónica, Naturgy, Cellnex y Aguas de Barcelona, entre otras. La caída en bolsa de algunas de estas grandes apuestas, agravada estos meses por el desplome de los mercados por culpa de la pandemia de covid-19, se ha traducido en unas minusvalías latentes de más de 5.000 millones de euros.”.

Fuentes próximas al directivo hablan de divergencias en cuanto a la gestión de la cartera de Criteria Caixa, tesis de la que se desmarcan las fuentes oficiales. Una de las operaciones que supervisó García-Bragado estando en CaixaBank como secretario del consejo y en la Fundación Bancaria la Caixa como vicepresidente fue la venta de las participaciones del banco al grupo. Concretamente, el 9,01% del banco mexicano Inbursa (GFI) y el 17,24% del chino Bank of East Asia (BEA), por un total de 2.651 millones de euros, a cambio de 642 millones de euros en efectivo y acciones propias de CaixaBank valoradas entonces en 2.009 millones. García-Bragado fue de los pocos miembros de la fundación bancaria que se opusieron a dicho intercambio de acciones, que posteriormente fue denunciado mediante una querella por abuso de mercado, administración desleal y delitos societarios en la Audiencia Nacional por un grupo de accionistas de CaixaBank. Una acción judicial admitida a trámite y que provocó la imputación del abogado del Estado y de otros miembros de la ejecutiva”.

“Varios directivos de Criteria también han puesto objeciones a la apuesta de la Caixa por Telefónica, de la que controla más de un 6%. CaixaBank tiene una participación histórica de un 5%, pero en 2018 Criteria inició también su entrada en la operadora de telecomunicaciones, hasta alcanzar el 1,2%, en una señal de respaldo a la gestión de su presidente, José María Álvarez-Pallete. Sin embargo, la caída en bolsa de la 'teleco' se ha traducido también en pérdidas latentes”.

Lo primero que conviene es hacer historia y recordar cómo se procedió en el relevo de otro presidente de una participada de La Caixa, Telefónica. El 30 de abril del 2017 se recogía en la prensa declaraciones de Isidro Fainé con respecto al expresidente de la operadora César Alierta https://bit.ly/3f20UaB  Según recoger la noticia se afirma lo siguiente, “Sin embargo, un buen amigo de éste, Isidro Fainé, ha dado el paso con delicadeza. El presidente de la Caixa es vicepresidente de Telefónica por el importante paquete accionarial de la entidad catalana en la operadora y lo tiene claro. “Es el momento de irte”, ha asegurado a su amigo Alierta. El análisis de Fainé es que el saliente no debe dar la imagen de que tutela al entrante permaneciendo en el consejo de administración. Él no está en CaixaBank, aunque influya a distancia. Cree que su salida sería lo mejor para Pallete, Telefónica y para él mismo. Alierta le respondió que su intención era continuar. No le es fácil salir. Es consejero de Telefónica con el apoyo del entonces vicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato, desde 1997. Veinte años en el consejo de administración, lo mejor de su larga carrera profesional. Además, fue promovido a presidente -también con el respaldo de Rato- en el año 2000 y ya le fue difícil ceder la máxima responsabilidad a Pallete en 2016”. Entonces el expresidente de Telefónica tenía 71 años y su tiempo parecía que según Fainé ya había terminado. Hoy la noticia nos informa de la segunda destitución de un directivo de la entidad catalana ya que la primera fue la de Jaume Giró https://bit.ly/3gAc7PW como director de la Fundación La Caixa. Faine no vió con buenos ojos las aspiraciones de Giró a sucederle en la presidencia de la Fundación, y tampoco consideró que se hubiese gestionado de la mejor manera posible la posición de la institución ante el desafío independentista, comentó una fuente bien relacionada con el establishment catalán. Entonces el presidente de la Fundación tenia 77 años, uno menos que los que cumplirá dentro de tres días, el 10 de Julio.

Aunque el actual vicepresidente de Telefónica y presidente de la Fundación La Caixa se encuentre " como un toro" como recoge la noticia, la doble vara de medir que emplea para él y el resto de directivos no guarda equidad ni justificación que ampare dicha acción. La segunda dimisión que recoge la prensa hace dos días, es si cabe más relevante, ya que la misma viene precedida de una gestión con graves consecuencias para los diferentes stakeholders de la entidad, máxime si nos atenemos a las enormes minusvalías (5.000 M€) que esconden las apuestas efectuadas por Fainé en la cartera de Criteria Caixa, entre ellas Telefónica como recoge la noticia. La gerontocracia en los puestos ejecutivos de compañías emblemáticas de este país, es algo que lastra y ejerce de plomo en las alas del desarrollo al que tienen que adaptarse las mismas en un entorno cambiante como el actual. Los primeros ejecutivos del IBEX 35 sufren lo que los sociólogos llaman el “Síndrome de Tocqueville”: tienen que justificar sus privilegios a los ojos de todos en una sociedad erosionada por la desigualdad. Atraídos por el compromiso de la responsabilidad corporativa, algunos presidentes y primeros ejecutivos de las grandes compañías se vuelcan en sus fundaciones; otros, vinculados a foros de opinión y lobbies, tratan de mediar a veces en los antagonismos políticos del arco parlamentario. España es un país anti-dimisionario. Nadie se va por su propia voluntad. Mucho antes de la salida, César Alierta suprimió en 2007 la norma de Telefónica que obligaba a los presidentes a abandonar el cargo al cumplir los 65. Francisco González, por su parte, lo hizo dos veces en el BBVA: primero elevó el límite a los 70 años y en 2011, lo volvió a subir hasta los 75. Sin embargo, dado que él no cumple sus propias reglas, sus colaboradores pensaban que aguantaría hasta el año 2020, sin embargo, el “Caso Tandem” del comisario Villarejo se lo llevó por delante antes.

Los cambios de Gobierno han repercutido casi siempre en la primera línea del IBEX, cuando en el año 2004 se produjo el vuelco electoral tras los atentados del 11-M y Zapatero llegó a la Moncloa eran numerosas las empresas en las que el capital público era aún determinante a la hora de decidir quién las gestionaría. No eran pocos los presidentes, desde Telefónica a Repsol, pasando por BBVA, Altadis, Iberia, Indra, Enagás, Red Eléctrica, etc. que estuvieron en la picota. Sin embargo, algunos resistieron y siguieron como fue el de Telefónica o BBVA.  Ahora, Pedro Sánchez tras el problema del COVID-19 y los recursos que lleguen de Europa, volverá a mover ficha para remodelar el mundo empresarial como casi siempre hicieron sus predecesores. Convendría que dicha acción, tuviera en los criterios de gestión el verdadero leitmotiv y no otros como hemos vivido los últimos años en nuestro país.  Los excesos de los partidos han roto los puentes entre política y economía y, paralelamente, la gerontocracia se ha diluido en un exceso de prudencia. Su relevo exige a los nuevos recuperar el timón de la palabra, algo que no suelen hacer los altos mandos de hoy vinculados a importantes sectores regulados por miedo a un futuro Gobierno.

Para terminar el post, decir que los mortales esperamos en vano muchas veces que el deseo de nuestros semejantes no se anteponga al bien colectivo e igual que uno debe saber llegar, también debe saber marcha… Sin embargo, muchas veces ese es un deseo baldío.

Ya lo dijo Miguel de Cervantes: “No hay recuerdo que el tiempo no borre ni pena que la muerte no acabe”.

 

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