miércoles, 16 de mayo de 2018

DESIGUALDADES SALARIALES... UN PALO EN LA RUEDA DEL COMPROMISO




Richard Fuld exCeo de Lehman Brothers se quejaba amargamente de haberse convertido en “el hombre más odiado de Américacuando exploto el caso Lehman en el año 2008. Este directivo fue uno de los principales responsables de que millones de personas que se viesen abocadas a situaciones dramáticas, como la perdida de trabajos, dinero como accionistas, etc. En una comparecencia ante el Congreso de los Estados Unidos, un congresista del Partido Republicano —se lo espetó a Fuld en su comparecencia lo siguiente: “Si usted no ha descubierto aún cuál es su papel en esta crisis, es usted el villano”. Entre 2000 y 2007, los cinco cargos más importantes se embolsaron 164 millones solo en bonus en efectivo, mientras llenaban el balance de la entidad de hipotecas basura. Un año y medio antes de la quiebra de Lehman Brothers la deuda acumulada ascendía a  de 613.000 millones de dólares, sin embargo dicho Ceo no tenía demasiados motivos para sentirse mal.  Mientras el banco de inversión iba hacia el abismo,  -y él era un claro conocedor de dicha situación-,  Lehman anunció una bonificación de más de 180 millones de dólares para su CEO, a cobrar durante la siguiente década y de los que Fuld cobró ya 22 millones en 2007. Estos 22 millones los percibió meses antes del colapso de dicho banco de inversión. Sin embargo no empleo mucho tiempo en hacer uso de dicha dádiva, se compró un apartamento en Park Avenue —calle neoyorquina plagada de altos directivos— que constaba de dieciséis habitaciones (cinco de ellas con chimenea propia), un salón de doce metros de largo, una decoración señorial que incluía grandes cantidades de carísimo mármol francés… el capricho le costó, entre adquisición y reformas, la modesta cantidad de 21 millones de dólares, unos 15 millones de euros.
Le confieso que yo tampoco. Fuld también poseía una mansión frente al océano en una isla de Florida que costaba unos 13 millones de dólares. Y según reveló alguna de sus amistades, los gastos cotidianos del franciscano estilo de vida de Richard Fuld suponían un fijo de cinco millones anuales. Todo esto, claro, antes de la quiebra. Un año y medio más tarde, apenas días después de la bancarrota de Lehman Brothers, Fuld entendió que podía verse sometido a una cascada de acciones legales, por lo que tomo medidas para no verse afectado. Lo primero que hizo fue revender la mansión de Florida a su propia esposa por el módico precio de 100 dólares. Con este hecho pretendía escapar a las demandas judiciales, este hecho fue copiado por otros grandes ejecutivos de dicho escándalo. Posteriormente puso a la venta el apartamento de Park Avenue pidiendo la astronómica cantidad de 32 millones… aunque finalmente tuvo que conformarse con malvenderlo por algo más de 25, lo que suponía un beneficio de únicamente cinco millones respecto a lo que le había costado. Tambien se deshizo de  se deshizo de una colección de dieciséis piezas de arte moderno que salieron a subasta por 20 millones de dólares. El precio fue establecido por los expertos tasadores de Christie’s. Al final, sin embargo, se vendieron por solamente 13’5 millones debido a la mala fama de Fuld, que parecía haber espantado a muchos posibles compradores. Y dado que el precio inicial de la tasación estaba garantizado por Christie’s, la casa de subastas terminó perdiendo mucho dinero. Para terminar esta historia, decir que Fuld  hacía oídos sordos a los directores de riesgo, ya que su máxima aspiración era competir de tú a tú con grandes como Goldman Sachs, según explica en un libro un exempleado de Lehman. De hecho, en los últimos días perdió todo el poder en manos de mandos inferiores, más capacitados para afrontar la difícil situación. Fuld, tras años sin trabajar en grandes firmas y con la cruz hecha, se lanzó al mercado con una compañía propia, Matrix Advisors. Surgida en el año 2009, se dedicaba a aconsejar a pequeñas y medianas empresas en fusiones, adquisiciones y captación de capital. En uno de los tratos que intentó cerrar atrapó a diversos inversores en un negocio que acabó en fracaso. El suicidio de uno de ellos volvió a manchar su nombre. Un par de años colaborando en una firma de inversión, un perfil bajo, pocas apariciones públicas y una carrera...Hecha añicos es el balance de su lamentable existencia laboral. 
Existen muchas definiciones de compromiso, todas tienen un termino en común, es "implicación". Si cogemos la de (Meyer y Herscovitch), esta dice lo siguiente: “El compromiso supone una vinculación que implica o bien un comportamiento o una actitud, siendo necesario que dicho vínculo conlleve un comportamiento en un particular sentido de actuación o una actitud positiva hacia una organización que predisponga al individuo a comportarse de tal manera que beneficie a la entidad”. Así pues, se considera al compromiso organizacional como la fuerza capaz de vincular al individuo con su organización, y que implica el seguimiento de un curso de acciones que resultan relevantes para el buen discurrir de dicha organización. Los primeros estudios que se efectúan para identificar las causas que generan este compromiso se circunscriben al año 1977, entonces Steers realizó una de las primeras investigaciones donde aparecen reflejadas las relaciones entre el compromiso y otras variables tales como; absentismo, rotación y desempeño. Este estudio fue pionero para posteriores investigaciones efectuadas en dicho campo.

Existen principalmente tres tipos de variables que condicionan el nivel de compromiso de los individuos con su compañía, estas se pueden agrupar en torno a tres categorías:
  • Variables relacionadas con las características del individuo 
  • Variables relacionadas con los aspectos del trabajo 
  • Variables relacionadas con la organización o el grupo

Para que un individuo esté comprometido con su organización  y ponga en marcha dicha competencia es necesario que cumpla lo siguiente:
  • Que sienta como propios los objetivos de la organización. 
  • Que apoye e instrumente decisiones, comprometido por completo con el logro de objetivos comunes. 
  • Que prevenga y supere obstáculos que interfieran con el logro de los objetivos de la organización. 
  • Que controle la puesta en marcha de reacciones acordadas.
La Universidad de California acoge a un grupo de académicos (Global Price and Income History Group) dedicados a estudiar la evolución de los salarios desde un punto de vista histórico. En uno de sus trabajos realizados recientemente, llegaron a la conclusión de que en el año 14 después de Cristo, en pleno apogeo del Imperio Romano, un miembro del Senado cobraba 37.975 sestercios, cifra que equivalía a 100 veces la nómina media de esa época. Dos mil años después dicha brecha salarias sigue prácticamente intacta, los ejecutivos mejor pagados de cada una de las empresas que conforman el índice Ibex 35 (sin contar a ArcelorMittal) ganaron de media 5,03 millones de euros el año pasado. Esta cifra supone 97,7 veces lo que cobraron de promedio los empleados de esas mismas compañías, según los cálculos elaborados por el diario El País con los datos enviados a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
                                          https://bit.ly/2jZWu9l
Según un reciente informe de Oxfam Intermón, los altos directivos de las empresas del IBEX 35 cobran de media 207 veces el salario mínimo de su empresa y 112 veces el salario medio, y esta diferencia ha ido aumentando de forma notable en los últimos años. En el conjunto de las sociedades cotizadas (hay datos de 107 de ellas), los miembros de los consejos de administración ganaron de media 400.621 euros, un 21,36 por ciento más que en 2016. La mejora de los ingresos en las cúpulas directivas se debió a la actualización de la parte fija del salario y, sobre todo, al cobro de diferentes bonos y, en algunos casos, de sustanciosas indemnizaciones. Los consejos de las grandes compañías vieron aumentar sus emolumentos en el año 2017 en un 13,9%, mientras que la subida en los órganos de administración de las medianas y pequeñas sociedades cotizadas fue del 5,3%. En el caso de la alta dirección, las nóminas aumentaron un 3,7% dentro del Ibex 35, por un 5,3% en el resto de cotizadas. Un consejero ejecutivo del índice selectivo ganó de media 3,07 millones de euros (sin contar la aportación al plan de jubilación), mientras que el resto de consejeros (dominicales e independientes) recibieron 167.012 euros. Fuera del Ibex-35, los consejeros ejecutivos ingresaron 1,13 millones de euros en promedio y el resto de categorías de administradores ganaron 81.835 euros. En el caso de la alta dirección, el sueldo medio en el Ibex ascendió a 938.026 euros por 308.418.


                           Relación salario CEO con empleado medio de su compañía

España tiene una brecha salarial de las mayores de Europa en cuanto la relación CEO- empleado medio de una compañía, en países como Austria es de 1 a 36, en Dinamarca de 1 a 48, sin embargo si nos acercamos a Estados Unidos la cosa cambia de forma radical. Los altos ejecutivos de las empresas que cotizan en el S&P 500 de Wall Street recibieron hasta 347 veces más que la media de sus trabajadores en 2016, según datos del sindicato estadounidense AFL-CIO. Para percibir el gran aumento sufrido de dichas retribuciones directivas hay que remontarse a los años 60 cuando dichos ejecutivos tenían una relación de 1 a 20 veces el salario medio de los trabajadores de las compañías que dirigían.  
Algunos de estas compañías donde se producen dichos desequilibrios, como es el caso de Jeff Bezos, fundador y CEO de Amazon, fue elegido como peor jefe del mundo en 2014. En prensa se relató las oficinas "sin alma" que tiene dicha compañía, donde la gente llora y alcanza niveles de estrés tan altos que requieren terapia profesional. Más tarde, en 2016, apareció  una página web donde los empleados critican las condiciones de trabajo de forma anónima. En España dichos trabajadores convocaron la primera huelga que vivió la compañía en nuestro país y ya está preparando un boicot a nivel europeo

Este podría ser el relato de lo que existe en la mayoría de las compañías, pero ¿existe alguna alternativa a dicha praxis directiva que invierta la forma de gestionar y aumente el compromiso? Si existe, el caso más extremo lo encabeza Gravity Payments. Gravity está dirigida por Dan Price, es una compañía de Seattle especializada en servicios financieros y procesamiento de tarjetas de crédito. Este norteamericano de 31 años decidió incrementar el salario mínimo de todos sus empleados a 50.000 dólares al año, que se convertirán en 70.000 para 2017. Además, para compensar los costes económicos de su decisión, se bajó su propio salario en más de un millón de dólares. En apariencia, todo un gesto de altruista; en realidad, fue una estrategia empresarial perfectamente diseñada. A la reunión en la que se anunció la noticia acudieron en exclusiva el periódico The New York Times y la cadena televisiva NBC, pero tres días más tarde Price ya había realizado cerca de 25 entrevistas en diversos medios televisivos y firmado un contrato con una importante agencia de representación de talentos. Actualmente cobra 20.000 dólares por discurso y su imagen se ha revalorizado de forma directamente proporcional a sus ingresos por publicidad. El nuevo “Robin Hood”, como le denominó el político norteamericano Jesse Ventura, ha unido su nombre al de otros ilustres CEO´s de grandes empresas como Toni Hsieh, de Zappo's, que eliminó los jefes de su organización, o John Mackey, co-fundador de Whole Foods Market, quien impuso un modelo de gestión en la que los empleados votan cualquier decisión, incluso el sueldo.  La acción altruista de dicho directivo esconde enormes ganancias de marketing que la iniciativa le originó, y que estaban cuidadosamente planeados por Price, tal y como reconoció su antiguo jefe de comunicación, Ryan Pirkle, en una entrevista en Bloomberg Businessweek. El detonante de la popular medida podría haber sido una demanda que su hermano Lucas Price, accionista de Gravity Payments en un 30%, interpuso contra él por cobrar un sueldo demasiado elevado. La jugada salió perfecta, al aumento de los ingresos por la campaña de marketing habría que añadirle que, al reducir el salario a su hermano, a Price le resultaba más fácil comprarle su participación del 30% en la empresa. 

Existe un estudio de la Universidad de Princeton dirigido por Daniel Kahneman (premio Nobel de Economía en 2002, a pesar de ser psicólogo), donde refleja que los aumentos de salario hasta una cantidad de 75.000 dólares tienen un considerable efecto sobre la felicidad humana. A partir de esa cifra, dicha felicidad apenas aumenta por mucho que se eleven los ingresos. Esta conclusión es producto de un trabajo de campo que evaluó a más de 450.000 personas. Y empleados más felices son más eficientes, porque trabajan con más entusiasmo debido a un mayor compromiso con su compañía.
El objetivo de una compañía debe ser la creación de riqueza a largo plazo, para lo cual los principios y ética tienen que jugar un papel estrella en dicha estrategia. La brecha salarial existente en muchas compañías es causa fundamental de problemas internos dentro de dichas compañías. Dicha situación acrecienta el sentido de injusticia y por lo tanto una mayor deserción en el compromiso del empleado con su compañía. Según un estudio del New Economics Foundation (think tank independiente del Reino Unido que promueve la justicia económica, social y medioambiental), la escala de diferencias salariales óptima es de 1 a 8 y, en circunstancias excepcionales, podría llegar a 1 a 20. Cualquier múltiplo por encima de dicha cifra acaba siendo contraproducente para los resultados de las empresas. Muchas veces el pretexto que se emplea por dichos directivos para justificar dichos emolumentos es la alta responsabilidad que asumen... Sin embargo, los resultados de dicha gestión en no pocas ocasiones, lo que se cobra por la riqueza que crea a los diferentes stakeholders de la compañía no tiene una relación proporcional, en este caso no se puede aplicar la famosa ley causa-efecto.

Para terminar decir que Richard Fuld, ex presidente ejecutivo de Lehman Brothers, perdió más de 1.000 millones de dólares con la caída de las acciones del banco, pero más allá de los bienes materiales que poseía, perdió la estima, el respeto y la honra… Lo cual en el año 2018 sigue sin encontrar, más allá de la repulsa que genera a los norteamericanos cada vez que se menciona su nombre en cualquier lugar o situación.  


Ya lo dijo Montesquieu: “La democracia debe guardarse en dos excesos: el espíritu de desigualdad, que conduce a la aristocracia, y el espíritu de igualdad extrema, que conduce al despotismo.”








 










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